Fundamental en la cocina del Medio Oriente, presente en recetas como el hummus o el baba ganoush, el tahini casero potencia el sabor de los platos y permite disfrutar de un producto 100% natural, sin aditivos.
Originario de la tradición judía del este de Europa, este plato se popularizó en Nueva York y hoy es un clásico para preparar sándwiches o platos gourmet.
Estos panes son perfectos para comer solos, con queso crema o para hacer sándwiches con pastrón, hummus o incluso pescado ahumado. Una delicia de la cocina judía que trascendió todas las fronteras.
Parecidos a los ravioles, los varenikes son una pasta típica de la cocina judía. Suelen estar rellenos de puré de papa y cebolla salteada, aunque también existen versiones con queso, carne o repollo.
Un pan sin tiempo para leudar, hecho solo con harina y agua. Prepararla en casa no solo es un gesto culinario, sino también un acto de conexión con la historia y la memoria.