Los pies soportan el peso del cuerpo durante todo el día, y no es raro que, con el tiempo, aparezcan molestias que dificulten el movimiento.
Ya sea por largas caminatas, por el tipo de calzado o por pasar muchas horas parado, es común sentir malestar o dolor en distintas zonas del pie.
La Clínica Mayo indica que una de las afecciones más frecuentes en los pies es la fascitis plantar, una inflamación de la fascia que recorre la planta del pie, desde el talón hasta la base de los dedos.
La fascitis plantar suele presentarse con un dolor punzante al apoyar el pie, especialmente por la mañana o después de estar mucho tiempo sentado. También puede haber inflamación, rigidez o sensibilidad en la zona del talón.
Es sabido que el frío y el calor ofrecen alivio, pero no siempre se usan igual. ¿Cuál es el mejor método para quitar la molestia de forma rápida y efectiva?

¿Es mejor el hielo o el calor para el dolor de talón?
El dolor en el talón es una molestias común, especialmente entre quienes realizan actividades físicas intensas o pasan muchas horas de pie. Para aliviarlo, muchos recurren a remedios caseros como la aplicación de frío o calor, pero es importante saber cuándo es conveniente utilizar cada uno.
CUANDO APLICAR FRIO
El frío es ideal en las primeras etapas del dolor, particularmente en la fase aguda. Si el dolor viene acompañado de inflamación, el frío ayuda a reducir la hinchazón y la irritación del área afectada.
Se debe colocar sobre el talón una bolsa de hielo, envuelta en un paño. ¿Cuánto tiempo? entre 15 y 20 minutos, tres o cuatro veces al día. Este tratamiento es especialmente útil en las primeras 48 horas después de que se presenta el malestar.
CUANDO USAR CALOR
El calor, en cambio, se recomienda cuando el dolor se vuelve crónico o la inflamación ya ha disminuido. Si el dolor persiste más allá de los primeros días o se presenta como rigidez muscular, la aplicación de calor, con una almohadilla térmica o una toalla caliente, puede ser más beneficiosa. El calor favorece la circulación sanguínea, relaja los músculos tensos y contribuye a aliviar la rigidez de la zona afectada.

Otros consejos para aliviar los molestias
Además del uso de frío o calor, los expertos de la Clínica Mayo aconsejan estos cuidados para disminuir las molestias o el dolor:
- Reducir la actividad física. Limitar las actividades que generen dolor, como caminar o correr en superficies duras, es esencial para evitar agravar la lesión.
- Uso de analgésicos. Se puede recurrir a medicamentos de venta libre como ibuprofeno o paracetamol para reducir el dolor y la inflamación.
- Estiramientos. Realizar estiramientos suaves de la pantorrilla y la planta del pie varias veces al día puede contribuir a aliviar la tensión muscular.
- Calzado adecuado. Usar zapatos cómodos con buena amortiguación y soporte para el arco es fundamental para proteger los pies y evitar lesiones.
- Plantillas ortopédicas. Considerar el uso de plantillas ortopédicas o taloneras para distribuir de manera más uniforme la presión al caminar y reducir el impacto sobre el talón.
- Férula nocturna. En algunos casos, se recomienda el uso de una férula nocturna para mantener el pie estirado mientras se duerme, lo que puede favorecer la recuperación.
Cuándo consultar al médico
Si el dolor persiste más allá de unos días o empeora con el tiempo, es fundamental consultar a un médico, quien podrá realizar un diagnóstico adecuado y ofrecer opciones de tratamiento más específicas.
Llevar un registro detallado de los síntomas y los medicamentos utilizados, y seguir las recomendaciones del especialista será clave para la recuperación de esta dolencia.
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