El sacramento del bautismo permite incorporarse a la Iglesia como cristianos y libera del pecado original. Sin ser bautizada, una persona no puede vivir según la fe de la Iglesia.
El Catecismo de la Iglesia Católica dice que “el santo bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el a los otros sacramentos”.
Mediante el bautismo, los padres le otorgan a su hijo la oportunidad de pertenecer a la Iglesia y “hacerse partícipes de los dones que istra con la autoridad de Jesucristo”, explica el Catecismo.
El bautismo está abierto a cualquier persona que no haya recibido este sacramento. Sin embargo, en las familias cristianas, es costumbre realizarlo al poco tiempo de nacer.

Qué requisitos piden para bautizar a un bebé
El sitio ACI Prensa explica que “por el bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión”.
Considera luego que “bautizar a un niño es hacerle un regalo inmenso, desearle lo mejor, que es la vida en Cristo. Este es un regalo que en su futuro podrá aprovechar o lo podrá abandonar, pero que siempre tendrá a la mano para acercarse a la Iglesia y por medio de ella al mismo Señor Jesús”.
Añade que “la fe sólo puede crecer después del Bautismo y, por ello, no es necesario un acto de fe perfecto previo. Si bien el niño no puede pedir ni responder por su fe, el padrino lo hace en su nombre”.
Jesucristo le dijo claramente a Nicodemo: “Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios (Jn 3, 5)”. La Iglesia aclara que “Jesucristo no excluye a nadie; todos necesitan del bautismo. Si un niño no está bautizado, no es nacido del Espíritu”.

Quienes no son bautizados son confiados a la misericordia de Dios. “La Iglesia los confía a la misericordia de Dios “que quiere que todos los hombres se salven (1Tim 2, 4)”. De todas formas, sostiene la Iglesia, es mejor hacerlos partícipes de la vida de Cristo.
Los niños pueden ser bautizados desde que nacen hasta los siete años, sin ninguna preparación especial. A partir de los 15 deben participar en una catequesis de iniciación que abarca los tres sacramentos: bautismo, primera comunión y confirmación.
En cuanto a los padres no es necesario que estén casados por la Iglesia para bautizar a un niño. Incluso en casos de madres solteras, no existe impedimento para realizar el sacramento.
Ante la parroquia, para inscribirse, hay que presentar DNI de los padres y del niño (si este carece de DNI, partida de nacimiento). En caso de adopción, presentar los documentos legales correspondientes.
Los padrinos deberán estar bautizados y ser mayores de 16 años. Pueden participar hasta cuatro padrinos en la ceremonia, pero solo dos firman el acta. Antes del bautismo, los padres y padrinos deben asistir a un encuentro preparatorio.
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