La historia de la colonización de América del Norte por parte del Reino Unido esconde algunos secretos. Precisamente, el establecimiento de la primera colonia, en una isla de la actual Carolina del Norte ha despertado la curiosidad de los historiadores durante siglos.
La primera colonia, Roanoke, fue establecida en 1585. Al parecer, los colonos no tenían en cuenta su nuevo entorno y pronto entraron en conflicto con los pueblos originarios.
El grupo de colonos fue abandonado a su suerte y, cuando por fin llegaron los barcos de reabastecimiento, su capitán no dio con ellos. Solo encontró una palabra grabada en el tronco de un árbol: Croatoan.
Durante siglos la historia de Roanoke dio lugar a múltiples especulaciones, entre ellas, la del asesinato de los colonos a manos de los indígenas. En las últimas décadas, investigaciones científicas arrojaron luz sobre lo que realmente ocurrió.
El misterio del pueblo que desapareció sin dejar rastro
En 1587, John White, nombrado gobernador de Roanoke, se adentró en la actual Carolina del Sur para llevar suministros a la primera colonia británica.
Cuando White llegó a la isla el 18 de agosto de 1590, encontró un asentamiento totalmente abandonado, pues los colonos se habían ido de allí dejando nada más que dos pistas: un poste con la palabra Croatoan tallada en él y otra talla en un árbol.
Los colonos ingleses volverían a América del Norte, primero con la fundación de Jamestown en Virginia en 1607 y luego con los peregrinos del barco Mayflower, que establecieron la colonia de Plymouth, en la actual Massachusetts en 1620.

“Los colonos de Jamestown intentaron descubrir qué había pasado con los colonos de Roanoke en 1608, y hubo rumores entre los indios de que había un grupo de personas de piel clara y pelo rubio viviendo al sur, pero nunca se supo nada concreto”, dice un artículo de World History.
Agrega que “un colono de Jamestown, William Strachey, informó en su Historia de los viajes por Virginia Britannia (1612) que los colonos de Roanoke habían intentado establecer un asentamiento en su destino original en la zona de la bahía de Chesapeake, pero que fueron asesinados por los indios”.
Otro rumor aseguraba que siete colonos sobrevivieron a la masacre y vivieron con los indios más al sur. Sin embargo, nunca hubo pruebas fehacientes, aunque una tribu local, los Lumbee, afirman en su historia ancestral que esto es lo que les ocurrió a los últimos de la “colonia perdida”.

Por último, las investigaciones de los arqueólogos de la región, llevadas a cabo desde 2010 durante un período de diez años, han descubierto artefactos que sugieren que los colonos se integraron con las tribus indígenas.
Desde entonces, aventureros, exploradores y arqueólogos han tratado de averiguar qué pasó con los 115 habitantes de la isla Roanoke.
A finales del siglo XVIII, ya se hablaba de la existencia de una tribu de indios que hablaban un inglés fluido y profesaban la religión cristiana. Con esta sospecha en mente, en 2007, se empezó a trabajar en la recolección de muestras de ADN de las familias de la zona para estudiar posibles parentescos con aquellos primeros colonos.

En 2015, un artículo de National Geographic, afirmaba que “una de las teorías apunta a que se dividieron en dos grupos, que luego se unieron a comunidades indígenas de la zona, porque en Hatteras, a 80 kilómetros al sudeste de Roanoke encontraron objetos europeos, como cuencos, una espada y una tabla tallada”.
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