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      Para los fanáticos de las plantas de interior: cuáles son las 7 complicaciones más comunes y cómo solucionarlas

      • Con algunos cambios en la rutina diaria y sin gastar de más, podés devolverle la vitalidad a tus plantas.
      • Aunque no seas experto, podés evitar los errores más comunes del jardín de interior.

      Para los fanáticos de las plantas de interior: cuáles son las 7 complicaciones más comunes y cómo solucionarlas Consejos simples y efectivos para que tus plantas vuelvan a brillar. Foto: Freepik.
      Redacción Clarín

      Tener plantas de interior es una de esas decisiones que parecen pequeñas, pero que transforman el ambiente por completo. No hay nada como el verde para darle vida a un rincón o para hacer que el living se sienta más cálido. Ahora bien, no todo es tan fácil como poner una maceta y esperar que crezca sola: las plantas también se estresan, se enferman y, si no prestamos atención, terminan mal.

      Muchas veces sentimos que cuidar una planta requiere ser experto en jardinería, pero no es tan así. La mayoría de los problemas que aparecen tienen solución, y no hace falta ni ser un entendido ni gastar en productos caros. La clave está en observar bien, entender qué le pasa y ajustar algunas cosas en la rutina de cuidado.

      A continuación, te presentamos los 7 problemas más comunes y cómo solucionarlos.

      Hojas amarillas

      Una de las señales más visibles de que algo no anda bien es cuando las hojas empiezan a ponerse amarillas. Lo primero que hay que hacer es revisar con el dedo la humedad del sustrato: si está empapado, es probable que el riego haya sido excesivo. Esto puede asfixiar las raíces, impedir que absorban oxígeno y generar pudrición.

      Pero también existe otra posibilidad: la planta puede estar desnutrida. Así como nosotros necesitamos una dieta equilibrada, las plantas requieren nutrientes que, con el tiempo, se agotan en la tierra. Aplicar compost casero, té de banana o fertilizantes orgánicos, cada tanto ayuda a reponer lo que el sustrato va perdiendo.

      Ubicar las plantas en lugares con buena luz indirecta mejora su salud y desarrollo. Foto: Freepik. Ubicar las plantas en lugares con buena luz indirecta mejora su salud y desarrollo. Foto: Freepik.

      Hojas secas o quebradizas

      El ambiente seco es una de las causas más ignoradas cuando las hojas se vuelven frágiles o quebradizas. En invierno, la calefacción puede reducir la humedad ambiental a niveles bajísimos, y lo mismo pasa en verano con el aire acondicionado. Muchas plantas tropicales necesitan humedad constante para mantenerse saludables.

      Un buen truco es armar un microclima: agrupar varias plantas para que generen humedad entre sí, o colocar recipientes con agua cerca de las macetas. También podés pulverizarlas con agua tibia una vez por día, idealmente por la mañana, evitando mojar en exceso flores o brotes nuevos, que podrían pudrirse.

      Pulgones, cochinillas y ácaros

      Una planta débil es terreno fértil para las plagas. Los pulgones se agrupan en los brotes tiernos, las cochinillas se esconden en los tallos y los ácaros hacen telitas invisibles entre las hojas. Son difíciles de ver al principio, pero si se instalan, pueden provocar un deterioro rápido.

      Una revisión visual cada vez que regás es clave. Si detectás bichos, podés usar un paño húmedo para retirarlos manualmente o aplicar soluciones naturales como el jabón potásico, que no daña la planta ni a los animales del hogar.

      Manchas marrones

      Las manchas marrones en tus plantas son un llamado de atención. Pueden deberse tanto al exceso como a la falta de agua, lo que genera necrosis en las hojas. Antes de sacar conclusiones, conviene revisar si la maceta drena bien: una planta con raíces anegadas sufre igual que una que está demasiado seca.

      También hay que considerar el material de la maceta. Las de plástico retienen más humedad, mientras que las de barro permiten mayor transpiración. Si el sustrato está muy compacto o viejo, puede impedir la circulación de agua y aire. Renovarlo parcialmente una vez al año ayuda a mantener su estructura porosa.

      Las manchas marrones en las hojas pueden deberse a un riego inadecuado o a una mala circulación del agua en la maceta. Foto: Freepik. Las manchas marrones en las hojas pueden deberse a un riego inadecuado o a una mala circulación del agua en la maceta. Foto: Freepik.

      Caída de hojas

      Una planta que pierde hojas en cantidad no siempre está enferma, pero sí está diciendo que algo le molesta. Puede haber cambios en la ubicación, temperaturas extremas o corrientes de aire que no tolera. Incluso moverla de lugar muy seguido puede hacerle mal, porque necesita estabilidad para adaptarse.

      La clave es elegir un espacio fijo, luminoso y lejos de fuentes de frío o calor. Si la planta está en recuperación, evitá manipularla demasiado: es preferible dejarla en reposo y observar su evolución. También ayuda mantener una rutina estable de riego y alimentación, sin cambios bruscos.

      Crecimiento lento

      Si tu planta parece congelada en el tiempo y no da señales de crecimiento, puede ser por falta de luz, escasos nutrientes o porque entró en un período de reposo natural. Si la dejás en una zona muy sombría, difícilmente se desarrolle bien.

      Asegurate de ubicarla en un lugar con buena luz indirecta, idealmente cerca de una ventana orientada al este o al norte. Si el sustrato está viejo, incorporá fertilizante suave en primavera-verano, respetando siempre las dosis indicadas.

      Macetas chicas y raíces apretadas

      Si las raíces sobresalen por debajo o forman una maraña en la superficie, es señal de que la maceta le quedó chica. Un trasplante no solo permite que siga creciendo, sino que oxigena las raíces.

      Elegí una maceta un poco más grande y cambiá también el sustrato. Durante el trasplante, aprovechá para cortar raíces secas o podridas. Hacer esto en primavera es ideal porque la planta se encuentra en fase de crecimiento y se recupera más rápido.

      Con un poco de atención, observación y constancia, podés mantener tus plantas sanas y radiantes.


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