La ciudad de Uruk, fundada hacia el 3500 a.C. en el sur de Mesopotamia, en lo que hoy es Irak, es considerada una de las primeras del mundo. Actualmente, el sitio arqueológico se conoce como Warka, por la ciudad moderna más cercana al yacimiento.
Con una población estimada entre 50.000 y 80.000 habitantes en ese tiempo, los sumerios, la civilización más antigua, construyeron esta primera ciudad, considerada como tal porque allí se llevó a cabo la primera planificación territorial, además del desarrollo de la escritura y la arquitectura monumental, entre otros avances.
Se cree que esta ciudad se formó como resultado de la fusión de dos asentamientos preexistentes: Eanna y Kullaba.
Qué características tenía la ciudad de Uruk
Debido a su cantidad de habitantes, Uruk llegó a convertirse en la ciudad más grande del mundo en su época. Presentaba una organización territorial planificada, con una arquitectura que se caracterizaba por el uso de adobe y ladrillos en la construcción de edificios monumentales, como templos y palacios.

La ciudad contaba con catedrales, viviendas y áreas productivas distribuidas de forma diferenciada. Además, estaba dividida en dos distritos principales, cada uno dedicado a una deidad importante en el panteón sumerio: uno dedicado a la diosa Inanna (más tarde llamada Ishtar) y otro al dios Anu. Esta división reflejaba la importancia de las creencias religiosas en la vida cotidiana de los sumerios e influía en la organización política y social de la ciudad.
Allí nació la escritura debido a la necesidad de controlar los intercambios en una economía basada en el trueque. Las tablillas de arcilla, en las que se grabaron pictogramas, forman los llamados textos arcaicos de Uruk, con representaciones de objetos, cabezas de ganado y medidas de cereales junto a cantidades. Este sistema fue el primer registro contable del que más tarde surgiría la escritura cuneiforme.
Luego, factores como las invasiones, los cambios climáticos y las transformaciones culturales contribuyeron al decaimiento de Uruk. La ciudad comenzó a mostrar esto hacia fines del tercer milenio a.C. y fue perdiendo protagonismo frente a otras ciudades mesopotámicas. Finalmente, fue abandonada alrededor del siglo III d.C. Hoy, sus ruinas son conocidas como el sitio arqueológico de Warka.
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