Esquina, Raimondi, Ramírez, NCNL y Kostüme mostraron sus colecciones en la última semana de desfiles que se hizo en distintos escenarios de Buenos Aires bajo las órdenes de su alma mater, Guillermo Azar.
El evento, uno de los más esperados de la temporada, que esta vez contó con el apoyo de Hairsimme, se ha convertido en el punto de encuentro para el diseño de autor y sorprende en cada pasarela.
Esquina, por ejemplo, inspiró su colección en el estilo de las vedettes de los años ‘80 y ‘90: en el Teatro Broadway mostró un invierno donde mandan los looks en denim y las plumas, con una invitada especial, la icónica Adriana Aguirre. En uno de los palcos estaba la mediática Wanda Nara, fanática de la marca.

NCNL presentó La Piedad en el Complejo Art Media: una experiencia entre desfile, instalación y rito colectivo. Con una escultura inflable y un auto-altar como escenografía, la colección reescribió el menswear latinoamericano desde lo popular y lo espiritual, cerrando con una rave performática.


Desde el Círculo de Oficiales de Mar, Raimondi (ganador del Martín Fierro de la Moda 2024 como Mejor Diseñador de Moda masculina) propuso una sastrería reversionada. La colección articuló historia y modernidad con siluetas precisas y estilismos que viajaron por décadas, entre peinados con brushings setentosos y wet looks muy años ‘90.


En el Parque Manuel Belgrano, Kostüme (la marca elegida de Jared Leto para sus shows) presentó su colección en colaboración con adidas Originals, que lanzó su línea Adizero Aruku. La propuesta fusionó diseño radical y cultura del movimiento, con siluetas transformables, rios geométricos y suéteres tejidos a mano.


Celebrando sus 25 años en la moda, Pablo Ramírez cerró la semana en LABA con una colección que revisita su archivo. El icónico jumper escolar de 1994 que lo llevó a trabajar un tiempo en París fue reeditado junto a Vicunha, con quien el diseñador ha hecho una alianza, en un desfile que condensó memoria y vigencia con piezas negras, sintéticas y esenciales. Un detalle que no pasó inadvertido: todos los invitados fueron vestidos de negro, a modo de homenaje al color fetiche de Ramírez.


Durante la semana, la diversidad de propuestas atrajo a una multitud, con diseñadores que reinterpretan la moda desde distintas perspectivas. De este modo, la edición 26° de Designers BA dejó una marca en el circuito de la moda local y volvió a consolidarse como un referente de la temporada.
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