Entre huesos de aves y colmillos de mamut, los arqueólogos hallaron algo más que restos del pasado: encontraron sonido. En Geißenklösterle, una cueva en la región alemana de Suabia, surgió una flauta de más de 42.000 años que todavía puede emitir notas.
El descubrimiento ofrece una ventana inédita a las emociones, ritos y expresiones de los primeros humanos modernos que habitaron Europa.
El hallazgo, realizado por equipos de la Universidad de Tübingen y Oxford, fue publicado en el Journal of Human Evolution. La flauta pertenece al periodo auriñaciense, una etapa clave en la evolución cultural humana en Europa. Es uno de los objetos musicales más antiguos jamás descubiertos.

Lo más asombroso no es solo su antigüedad, sino su conservación: aún funciona. En medio de climas extremos y la coexistencia con neandertales, ya existía la música. Esto sugiere que la creatividad y la expresión simbólica no eran lujos de tiempos estables, sino herramientas vitales para la supervivencia emocional y social.
Arte en plena era glacial
La cueva forma parte de un complejo cultural conocido como la “Kulturpumpe”, un epicentro de innovación simbólica donde también se han hallado esculturas de marfil, ornamentos personales y figuras zoomorfas talladas. Todo indica que estos humanos eran artistas, narradores y quizás, los primeros músicos rituales.
La música, según estudios recientes en antropología evolutiva, pudo haber antecedido al lenguaje como forma de comunicación emocional. La flauta de Geißenklösterle es una evidencia sonora de esa hipótesis: una melodía atrapada en el hueso, que vuelve a sonar miles de años después.

Este instrumento no es solo arqueología: es memoria. Al hacerlo sonar, no solo recreamos una melodía; reactivamos un vínculo emocional con aquellos que lo tallaron para cantar, para conectar, para recordar.
En un mundo de glaciares y bestias colosales, alguien sopló aire en un hueso hueco. Y con ese gesto, dejó grabada la primera pista de lo que aún nos define: la necesidad de expresar lo que sentimos, incluso antes de saber cómo decirlo.
Fuente: Gizmodo.
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