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      Los puntos oscuros de BeReal, la red social “sin filtros” que es furor entre los chicos

      La app manda un aviso y da 2 minutos para sacarse una foto usando las cámaras frontal y trasera a la vez. Hay polémica por la privacidad, los derechos de imagen y la geolocalización.

      Los puntos oscuros de BeReal, la red social "sin filtros" que es furor entre los chicosBeReal, la nueva red social que genera polémica por la privacidad y seguridad. Foto Shutterstock

      En un mundo donde todo (hasta la imagen que proyectamos) parece híperproducido, la promesa de una realidad "sin filtros" atrae. De esta premisa nació la nueva aplicación que se volvió un boom entre jóvenes y adolescentes: BeReal. Su nombre parte de un imperativo controversial: "Sé real". ¿Su slogan? "No es otra red social".

      Los mayores consumidores son centennials y millennials jóvenes, aunque también la utiliza gente más grande y más chica, ganando posición en los colegios y entre famosos como Rosalía. La plataforma nació en 2020, aunque despegó este año, con decenas de millones de descargas.

      Se destaca de otras ya que no permite ediciones, retoques, ni demasiada planificación para las publicaciones: a un horario determinado, la app avisa al que tiene una ventana temporal de dos minutos para sacarse una foto (lo cual le permite ver la de sus os). Después de ese período pueden subirse retratos, pero con una marca que acusa el retraso.

      Una vez que la persona aprieta el botón, se activan tanto la cámara de adelante como la de atrás, mostrando la selfie y su contexto. A la vez, se puede reaccionar a las imágenes de otros mediante "RealMojis" (es decir, recreaciones personalizadas y propias de los emoticones estandarizados).

      "¡Es hora!", alerta la app que es furor."¡Es hora!", alerta la app que es furor.

      Los tiempos son efímeros en otro sentido: cada foto es reemplazada por la del día siguiente (aunque se puede guardar un archivo de fotos propias).

      La "rebelión" surge de los propios creadores de la compañía, los ses Alexis Barreyat y Kevin Perreau. En abril, cuando comenzó el furor, desde la cuenta de Twitter de BeReal ironizaron: "FYI Elon, BeReal is not for sale" (o "Para tu información, Elon [Musk], BeReal no está a la venta"). También tienen una cuenta oficial de Instagram... sin ningún posteo.

      La figura controladora y omnipresente del Gran Hermano creada por George Orwell como denuncia social pasó a ser parte infaltable de la conversación diaria de los argentinos, con el relanzamiento del reality show homónimo.

      El disfrute de saber qué hacen sus participantes en todo momento no parece haber amainado desde la primera edición local del programa, en 2001: aunque estén teniendo conversaciones intrascendentes, comiendo o incluso lavándose los dientes. Lo azaroso, lo cotidiano (aún dentro del marco de una competencia, con un enorme despliegue por fuera de la casa) representa su atractivo.

      Para algunos, este clima de época permea también en experimentos como BeReal. Otros lo usan como alternativa para romper con la lógica instalada de las redes sociales (de personajes digitales ficticios e influencers) "desde adentro".

      ¿Cuánto hay de verídico en lo que se exhibe en BeReal? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Y los peligros? Especialistas de distintos rubros, con diferentes posiciones, hablan con Clarín para poder descifrar el fenómeno (en más de dos minutos).

      ¿Innovación o cambiar para que nada cambie?

      Roxana Morduchowicz, doctora en Comunicación de la Universidad de París, ve con buenos ojos a la app del momento. Entiende que dos cuestiones pueden ser valoradas. En primer lugar, la imposibilidad de cambiar las facciones —algo estimulado por otras aplicaciones— o de disparar muchas veces. "Esto es importante, porque quita el foco del cuerpo o el físico como ejes de la popularidad y la validación externa", dice la asesora permanente de la Unesco en ciudadanía digital.

      Por otro lado, subraya el hecho de que solo se pueda tomar una foto por día. "Ser real también tiene que ver con no estar todo el día apegado a la aplicación y volver a la realidad cotidiana, desconectar", complementa.

      Los dueños de BeReal ironizan sobre su éxito con un comentario contra Elon Musk.Los dueños de BeReal ironizan sobre su éxito con un comentario contra Elon Musk.

      Ante la pregunta de si no se reproduce cierto culto a la imagen, Morduchowicz aclara: "El valor de la imagen en el siglo XXI es indiscutible. Las casas argentinas tienen más pantallas que medios gráficos como libros, diarios, revistas. Y eso es una decisión de los adultos sobre la distribución del tiempo libre y de ocio. No podemos sorprendernos ante las actitudes de los chicos. Especialmente, luego de la pandemia, cuando la cotidianidad pasó por lo visual, por las pantallas".

      En definitiva, BeReal le parece "una propuesta innovadora o, por lo menos, diferente".

      Alejandro Castro Santander, licenciado en Gestión Educativa y miembro de la Cátedra Unesco "Niñez, juventud, educación y sociedad", expone otra mirada. Para él, las nuevas generaciones pueden estar aún más pendientes del celular, esperando la notificación, perdiendo concentración, momentos de estudio y socialización cara a cara. "Defiendo una educación móvil, que incorpore el uso productivo y didáctico de los dispositivos, pero considero que estas apps atentan contra eso", acota.

      Además, el psicopedagogo se pregunta, desde un aspecto sociológico o filosófico, si la moda de BeReal no se apoya sobre lo que algunos definieron como una época de vacío, incertidumbre y soledad, que relega las habilidades socioafectivas.

      Un ejemplo de cómo funciona y se ve BeReal.Un ejemplo de cómo funciona y se ve BeReal.

      "Es cierto que quita la oportunidad de 'caretearla' y que apela a un llamado de los chicos de ser espontáneo. Pero puede impactar de forma negativa en aquellos que están muy preocupados por su aspecto o son inseguros. Es muy relativo buscar bondades en apps", complementa.

      Castro Santander señala un tema que preocupa mucho en las escuelas: el bullying. No tener tiempo para pensar demasiado qué foto sacar, alguno puede usar la herramienta para burlarse de un compañero o un docente. Cierra con un concepto que acuñó hace varios años, el de "extimidad" o "exteriorizar lo íntimo", habilitando eventualmente a ciberdelitos o grooming.

      El reino de lo fugaz

      "Es una aplicación verde, se nota que le falta tiempo de desarrollo, faltan detalles estéticos, está muy rústica", dice Julio "Julito" Ernesto Lopez, columnista de tecnología Lanata Sin Filtro y Todo Noticias. Y habilita un cuestionamiento válido: si el principal sustento de la aplicación es su característica de sacar fotos sin filtro, ¿estamos frente a un "demo" o a un álbum entero">