En el Hospital J. P. Garrahan la preocupación de los trabajadores de salud se volvió algo palpable: hay profesionales formados en ese mismo hospital, con una experiencia irremplazable, que renunciaron para buscar mejores condiciones en otras instituciones del país o del exterior. La “fuga” de expertos en patologías también se extiende a la baja de residentes y de personal hospitalario que decide buscar otro camino por fuera de la institución.
“Médicos pobres, país enfermo”, “Mucho amor y poca paga, la salud también se apaga”, “Médicos luchando, el Estado mirando”, fueron algunos de los muchos carteles que aparecieron este mediodía frente a la entrada del Hospital Garrahan. Médicos de planta y residentes se unieron en un reclamo que se hizo escuchar.
Detrás de esta baja de profesionales y la escasez de personal están los bajos sueldos que perciben desde residentes de primer año hasta jefes de servicios.
Si bien el conflicto se sostiene desde hace años -y se profundizó durante la nueva gestión presidencial- en las últimas semanas los residentes de la institución sanitaria realizaron medidas de fuerza. En la última semana, llevaron a cabo un paro de 72 horas. Ahora, confirmaron otro paro que inició este lunes y que durará hasta el 29 de mayo, con la posibilidad de mantenerse indefinido si no hay soluciones ante el pedido de recomposición salarial.
“No nos gusta estar fuera del hospital, y no fue una decisión fácil convocar a un paro. Pero trabajar entre 60 y 70 horas por semana, con hasta 6 guardias de 24 horas al mes, y cobrar un sueldo por debajo de la línea de pobreza es algo insostenible. Hoy un médico residente de primer año, percibe un salario de $797.061”, expresó la carta que compartieron ante el público.

Tras la lectura del documento, Clarín habló con Jesica Hung y Alison Mora, dos residentes de pediatría que estuvieron presentes para acompañar la medida.
“Estamos reclamando hace más de un año por un sueldo justo. Somos médicos recibidos que decidimos formarnos en la residencia y elegimos el Garrahan. Pero ahora hay muchos residentes que renuncian porque buscan condiciones laborales mejores en otros lugares. Y eso es lo que también preocupa, porque es una sobrecarga para los que nos quedamos. Incluso los médicos de planta también se van a otros lugares, a otros hospitales y a otros países. Es un deterioro, porque hay un montón de médicos de referencia por patología y terminan yéndose”, comentó Jesica.
Los jefes de los distintos servicios del hospital estuvieron para apoyar y se refirieron a las renuncias masivas de profesionales que no son reemplazados, la sobrecarga de trabajo, el pluriempleo debido a los bajos sueldos, el deterioro del modelo hospitalario y la falta de diálogo con el Ministerio de Salud de la Nación, del cual dependen directamente.
“Las guardias, que sostienen la atención de más de 250 pacientes internados en cuidados moderados, 110 en unidades de terapia intensiva y alrededor de 450 consultas diarias, están cada vez más difíciles de cubrir. El valor de la hora guardia es bajo, incluso frente a otros centros sanitarios de menor complejidad, y la sobrecarga asistencial es enorme”, manifestaron en la lectura de un documento.

Nicolás Affranchino, médico pediatra y Jefe de Clínica del Hospital Garrahan, señaló en conversación con Clarín que la situación de los residentes demuestra que “no hay un pensamiento futuro respecto de que no va a haber médicos”.
“Por otro lado, la situación del hospital se viene deteriorando desde hace un tiempo. Entre los profesionales se empieza a fomentar el pluriempleo, jornadas muy largas en el hospital y después en otras instituciones. Y eso es algo que va en contra del modelo que siempre tuvo este hospital de atención de pacientes complejos que vienen de todo el país y que los profesionales que trabajábamos acá teníamos dedicación exclusiva”, expresó Affranchino.

Por su parte, Silvia Pizzi, médica del Servicio de Trasplante de Médula Ósea, se refirió a los datos estimados que se manejan sobre la “fuga” de profesionales en este último tiempo.
“No tengo un número oficial, pero los trascendidos muestran que desde que empezó el conflicto de 500 personas que había unas 300 pidieron reducción horaria y unas 200 se fueron del hospital: es personal en general, no todos son médicos, por supuesto. Pero a futuro hay mucha tristeza, nosotros seguimos igual de exigidos y nuestros pacientes siguen siendo igual de graves”, sostuvo.

Los médicos destacaron que aunque no se puede determinar desde cuándo comenzó el declive del sistema hospitalario-ya que es algo que no pasó de un día para el otro- hace dos años aproximadamente que se profundizó.
“Las instancias de diálogo las vemos nulas con el gobierno actual. Y lo que nadie quiere es ir hacia un modelo de reducción horaria. Es decir, trabajar una parte acá y una parte en la privada. Esto va desmotivando toda la cadena. Y tarde o temprano esto va a perjudicar en la carencia de médicos formados”, concluyó Affranchino.
Ante la consulta de Clarín, desde la cartera que maneja Mario Lugones enfatizaron en que desde el inicio de la gestión se buscó el saneamiento y ordenamiento de las cuentas del Hospital. Reconocieron que el personal de salud está con salarios que no son acordes a sus prestaciones pero que “la plata está en el presupuesto del hospital, pero mal distribuida”.
Asimismo, explicaron que el actual consejo istrativo “está conducido por una médica de 30 años de carrera en la Institución, conoce y brega por la institución”, Soraya Anis El Kik, médica pediatra designada por el Gobierno actual en la presidencia del Consejo de istración del Hospital Garrahan en 2024.

“El Hospital a fin del año pasado logró eliminar su déficit operativo, lo que permitió que todo el personal sanitario comience a percibir un plus por alta complejidad, una demanda histórica del personal”, añadieron desde el Ministerio.
Y ante el reclamo sostenido de nulas recomposiciones paritarias en lo que va de su gestión, argumentaron que las actualizaciones salariales “son las mismas que esta recibiendo toda la istración Pública Nacional”. No respondieron sobre si puede haber algún canal de diálogo con los médicos y residentes que vienen manifestando su reclamo.
PS
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