Javier Milei afirmó: “Juntos vamos a refundar la Argentina. Como lo hizo Roca en 1880”. Cristian Ritondo abrió los ojos. Estaba cansado, era tarde en Olivos. Milei avanzó y le confió: “Me siento bien con vos”. Ritondo reaccionó: “Para ese sueño, tenemos que vencer juntos al kirchnerismo”.
El Presidente festejó la frase y lo interrumpió incisivo: “¿Por qué metieron a Mauricio en la pelea de la Ciudad?”. La tensión aumentó. Cristian habló de “errores propios en el PRO” y mencionó a Jorge Macri.
Después se sinceró: “Tenemos que hacer un mea culpa por nuestros errores”. Javo arremetió contra su nuevo e increíble archienemigo político. El Presidente ve complot debajo de cada baldosa y tiene un criadero de enemistades: “Jorge maltrató al Jefe, a mi hermana”.
Karina es intocable para Milei. Se conoce que el Presidente condenó al ostracismo a Victoria Villarruel cuando se enteró de que la vice trataba despectivamente de “tarotista” a la hermanísima.
Milei recitó una serie de remanidas acusaciones contra Jorge Macri: lo culpó de financiar a Ramiro Marra, de no darle lugar al bloque libertario en la Legislatura y enloqueció con Antoni Gutiérrez Rubí: “Es un difamador”. Ritondo mantuvo prudente silencio.
El diputado no quiso complicar la negociación: ambos después pactaron el acuerdo electoral. Fue en la cena a solas en Olivos. Pero esa cordialidad igual ya tuvo tropezones. Hay diferencias y peleas en el armado de la alianza entre La Libertad Avanza y los dialoguistas bonaerenses del PRO.
Karina le niega al PRO el primer lugar en la lista de octubre. La hermanísima – vía Pareja– está amarreta y solo le ofreció al PRO dos lugares entre los primeros doce de la lista. El trío Ritondo-Santilli-Guillermo Montenegro explotó. Pareja contragolpeó: Diego Santilli no va a liderar en octubre la lista bonaerense.
Para esa elección, la Casa Rosada le reserva al PRO solo el tercer puesto en la nómina. A Santilli –una forma de desgastarlo– ahora le ofrecen el primer lugar para septiembre en la primera sección electoral.
La cuestión recién comienza. Karina tiene una coincidencia con Ritondo. En eso trabajan con “el Pibe” Caputo: ambos no lo quieren a José Luis Espert al tope. Pero el trío conoce una cuestión: Milei lo banca y no quiere escuchar nada en contra del Profe.
La cuestión se monitorea en Wall Street. Los lobos” quieren conocer si Milei puede ganar en octubre y consolidar su poder para hacer la reforma laboral y en jubilaciones. En Manhattan nadie entiende una decisión: cómo LLA y el PRO irán unidos en Buenos Aires y separados en CABA. Patricia Bullrich no quiere compartir lista y destronar a Mauricio. Pato dice, suelta de cuerpo: “El PRO es el 15 % en CABA y el 5 % en provincia. ¿Qué quieren?”.
Encima, este jueves, un intendente aliado del PRO salió a patear el tablero. Santiago aglia desconoce la negociación de Ritondo y el líder de San Nicolás ya arma su propio partido: “Yo no voy a agachar la cabeza”.
Los dueños del dinero creen que se trataría de un disparate político. Pero husmean una cuestión: un desliz electoral complicaría mucho la política económica. En Manhattan preanuncian y apuestan a un triunfo. La Casa Blanca otorgó el “puente” –vía FMI– para favorecer a Milei.
En Wall Street, igual, están inquietos por los exabruptos e insólitas peleas de Javo. Dicen que esa baja calidad institucional aleja a la Argentina del crédito internacional.
El capo del JP Morgan ya lo dijo. Facundo Gómez Minujin afirmó: “Sin institucionalidad, no hay país que prospere”.
Por eso, Toto Caputo tuvo que armar un artilugio para promocionar que había vuelto al crédito mundial. Los bonos internacionales se suscriben en dólares y su sede judicial debe ser Nueva York. Ambos requisitos no se cumplieron en esta ambiciosa colocación.
Dicen que el JP Morgan y Goldman Sachs lo ayudaron para recolectar los US$ 1.000 millones. Existe una renta astronómica y Caputo se quedó con los billetes para el FMI.
Los Totoboys están obsesionados con mostrar “buenas noticias”. La reunión por zoom con los gobernadores tuvo un saldo agridulce. El jubileo de dólares no tiene aún el boom deseado por una cuestión: son beneficios tributarios, pero no incluyen ningún incentivo para usar los dólares.
Toto sobreactúa para satisfacer a Milei y por eso le tiró un Exocet al exitoso Darín. Atacó despectivamente al actor más codiciado del momento y Guillermo Francos tuvo que salir a ayudarlo.
Ahora el ministro dio un portazo a la Cámara de la Construcción: no irá a su convención anual. Gustavo Weiss invitó a Milei y Caputo. La Casa Rosada rechazó –vía ceremonial– la invitación. Pero Toto fue más allá y argumentó que no iría porque el año pasado recibió criticas a su programa de obra cero.
Ya dejó plantada a fin de año a la UIA y, hace poco, al poderoso Cicyp . En privado, Caputo masculla bronca y descalifica a lo empresarios: “No saben nada y no se juegan por nosotros”.

El plan “obra cero” inquieta a los gobernadores. Alberto Weretilneck lo dijo: “En Economía no se preocupan por el interior”. Los mandatarios denuncian que Economía frenó obras con financiación internacional girada del BID, CAF y Banco Mundial. Parte de esos recursos, Caputo los desvió y destinó a reforzar las escuálidas reservas del BCRA. Siguen en rojo en US$ 3.400 millones.
Estos bancos advirtieron: caerían los préstamos si persiste la actitud de Economía y no van a destino los fondos. Federico Sturzenegger tampoco irá a CAMARCO: hay un complot ordenado por Milei, para vaciar el encuentro.
El Coloso sufre embates: le adjudican mucha espectacularidad en sus anuncios y pocas concreciones. También hay críticas al ministro de Salud. A Mario Lugones no se le conoce la voz: el reconocido internacionalmente Hospital Garrahan está que arde por falta de dinero.
Ya se ite que la reanimación económica está floja y no termina de calentarse. Influye una orden del propio Javo al rockstar. La instrucción a Toto fue la siguiente: “Tenemos que llegar a octubre con un 1 % de inflación”.
Para eso, el ministro aplica medidas que desvirtúan las creencias monetaristas de Milei. En la UIA, en broma, dicen que Toto instrumenta la doctrina del “massismo austriaco”.
La decisión anti-inflacionaria es encorsetar los costos y, para eso, planchar precios claves de la macroeconomía.
El primero es el dólar. Toto está obsesionado con bajarlo a 1.000 pesos y Santiago Bausili hace todo para mantenerlo pisado. Ya el BCRA vendió US$ 400 millones en abril y por lo menos US$ 1.200 en mayo para bajar expectativas del dólar futuro. Las reservas no se reaniman y la decisión provoca consecuencias: escuálida balanza comercial, déficit en la cuenta corriente y de turismo.
El segundo son los salarios. Trabajo no autoriza aumentos -pactados libremente- superiores al 1%. También se incluyen las tarifas: la decisión es plancharlas hasta octubre. Se trata de una estrategia coyuntural que varias veces se usó en Argentina: un corset sobre los precios.
Su efecto fue diverso y solo funciona en el corto plazo. Pero tiene costos fuertes: la pasa mal el campo, la industria y, al final, el consumo de los asalariados. El plan está en plena vigencia. Cristina lo sabe. También, que podría recibir un golpe fatal: Axel Kicillof prepara su matricidio político.
DS
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