La voz de Eduardo van der Kooy
Es probable, al margen de todas las teorías ensayadas hasta ahora, que la virulencia desplegada por Javier Milei contra el periodismo pueda responder también a otra necesidad. Cierto agotamiento del relato contra “la casta” que le permitió a la istración libertaria no sólo ganar la elección: obtuvo gobernabilidad con la sanción de leyes clave en el Congreso y el bloqueo de un par de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). El amanecer de un nuevo tiempo electoral (las legislativas) estaría forzando al oficialismo a repasar los textos fundacionales. La euforia y la fe a ciegas de un sector importante de la opinión pública, integrantes de su feligresía, pueden haber pasado.
Se han encadenado un montón de factores para colocar a los libertarios en esa encrucijada. Hubo un hecho simbólico que quizás explique mejor que una parva de palabras la sequía que empieza a descubrirse en la argumentación libertaria original. Patricia Bullrich estampó su firma en las últimas horas en una ficha de afiliación de La Libertad Avanza. Es el sexto partido que integra en su larga trayectoria desde aquel arranque noventista en el PJ, luego de un paso ardoroso por la Juventud Peronista.
Nadie como la ministra de Seguridad podría representar de modo más genuino aquella figura de “la casta” que el Presidente supo explotar tan bien ante una sociedad hastiada por seguidilla de fracasos. El problema sería que la dama es una de las cuatro figuras preponderante dentro de un equipo de gobierno bien módico. “La casta” formaría parte entonces ya de la esencia libertaria.
Tampoco se trata de descubrir la pólvora. El Gobierno, quizás con la excepción del Triángulo de Hierro, que Milei conforma junto a Karina, su hermana, y Santiago Caputo, el joven asesor, está plagado de funcionarios que han hecho de la política y de los cargos públicos una manera de vida. Pero lo de Bullrich sería como ese diamante sobre el cual casi todos colocan sus ojos. Llama la atención
Tal vez el fenómeno obedezca a la velocidad que tuvieron sus movimientos en los últimos años. De ministra de Mauricio Macri y dirigente ponderada en la Coalición de Juntos por el Cambio pasó a la carrera presidencial en 2023 para competir en las PASO, a instancias del ex presidente, contra Horacio Rodríguez Larreta. Ganó esa pulseada, pero perdió en las generales frente a Milei. Se abrazó al León libertario para permitirle triunfar de modo aplastante en el balotaje.
La “chica que ponía bombas en los jardines de infantes”, según una desopilante denuncia presidencial, terminó apareada a él y transformada en una de los principales emblemas del gobierno libertario. Tal vez por debajo de Luis Caputo, el ministro de Economía. A la par, sin exageraciones, del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Con una diferencia: la ministra de Seguridad se acostumbró a sobreactuar libertarismo con su palabra y su acción. Un estímulo imprescindible para convertirse indiscutida en ese espacio.
En verdad hizo un trabajo político silencioso que terminó encantando a Milei. El público es conocido. Con dedicación, disciplina y mano dura sin muchos miramientos le permitió al Gobierno, al menos hasta ahora, uno de sus dos mayores logros: recuperar el control de la calle. En manos de los movimientos piqueteros desde hace décadas. Los célebres piquetes. Sobre el padrinazgo de ese logro debatieron días pasado el portavoz Manuel Adorni y la diputada del PRO, Silvia Lospennato. Ambos postulantes para la elección del 18 de mayo en la Ciudad. La mujer exaltó, en ese aspecto, la tarea de la Policía de la Ciudad. El funcionario la cruzó porque sintió que pretendía arrebatarle un capital que la gestión libertaria se adjudica.
La mayor satisfacción del Presidente correría por otro andarivel. La forma en que el comportamiento de Bullrich, desde su asunción en el Gobierno, deshojó lenta pero irrecuperablemente, a lo mejor, al PRO. Partido del que supo ser su titular. Del cual nunca fue expulsada. Se acaba de inscribir en La Libertad Avanza con una doble afiliación. El mandoble fue dirigido, en particular, contra Macri. El hombre que la empujó hacia las alturas. También contra una estructura partidaria que comenzó a descomponerse cuando la ministra de Seguridad y Rodríguez Larreta rompieron con el ex presidente.
El terremoto no se circunscribe a esa geografía. Bullrich ya había promovido una escisión en el bloque de Diputados del PRO. Se fueron cinco representantes que supieron responder a Cristian Ritondo. Luego formalizar su afiliación a LLA podrían continuar los emigrantes. Existen otros diez nombres en danza con ganas de partir. Entre ellos Fernando Iglesias, Silvana Giudici, Gerardo Milman, Sabrina Ajmechet. ¿Pasarían a integrar directamente las filas libertarias? ¿O harían otro bloque diferenciado del PRO? Tal vez la determinación definitiva se adopte de acuerdo con los resultados que ocurran en la elección en la Ciudad.
Esa instancia, por otro lado, terminaría de definir el rumbo de las conversaciones que tramitan en Buenos Aires Ritondo con Sebastián Pareja, el hombre que habla y negocia en representación de Karina. ¿Habrá chances de una alianza conjunta para enfrentar al kirchnerismo?. ¿O la hermanísima cumplirá su deseo de despellejar al PRO y colocar a sus candidato bajo la bandera libertaria?.
Tampoco se puede adjudicar a Bullrich, sin cometer una injusticia, la responsabilidad excluyente de representar a “la casta” en el poder libertario. Desde hace semanas, con la conformación de las listas y las elecciones que se avecinan, comenzaron a pulular denuncias sobre manejo de fondos públicos con fines políticos partidarios. Los recursos provendrían del PAMI con el objeto de volcarlos a las campañas electorales.
También se divulgaron testimonios sobre ex funcionarios a quienes se habrían solicitado retornos de sus sueldos para ocupar cargos. Un ejemplo es el de Viviana Aguirre, designada coordinadora en el PAMI de La Plata quien aseguró que a ella se le reclamaba el 5% de su salario. Algo similar ocurrió en Junín, donde fue cesanteada Marina Biagetti, ligada a Fernando Parisini. Conocido como el Gordo Dan. Tuitero salvaje. Cercano a Caputo juniors. De mal ojo contra Pareja, el armador de Karina.
El listado podría continuar, aunque la relevancia política sería otra: “la casta” cobra visibilidad en pleno apogeo libertario.
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