Odessa, Kiev, París, Coyoacán, ciudades como cuentas que se enhebran con los nombres más impactantes del encuentro de los mundos: Sergei Eisenstein, Frida Khalo, Sor Juana Inés de la Cruz, León Trotsky, Malinche. Quizá la mixtura entre esos nombres de la geografía y de la historia, todos personajes a los que de alguna manera estuvo ligada, sean la causa del increíble itinerario que se escucha en la voz de la escritora Margo Glantz. Entrevistada en el Filba, por la también escritora y periodista Matilde Sánchez, quien la presentó como ensayista, traductora, profesora de Letras y la más destacada especialista sobre Sor Juana de su país, la mejicana, que nació en 1930 y es hija de una pareja de judíos ucranianos, desplegó erudición pero, sobre todo, humor y naturalidad.
Tras una exhaustiva presentación de Sánchez, Glantz contó que el cuerpo siempre fue su preocupación: “Cuando era pequeña me miraba al espejo y me veía cara de emperador romano una nariz aguda, enorme y cierto asomo de una jorobita que se ha ido intensificando con los años”. Contó que veía fotos de Greta Garbo o Lana Turner y se preguntaba “¿qué hace mi cuerpo frente a esos cuerpos y qué mis vestiditos frente a esos vestidos maravillosos">