Las diferencias en la forma de procesar una separación no solo dependen de la personalidad, sino también de factores biológicos, sociales y culturales que influyen en cómo hombres y mujeres atraviesan el duelo.
Desde una perspectiva psicológica, las mujeres en general viven la ruptura de manera más introspectiva. Suelen buscar explicaciones, expresar sus emociones y apoyarse en su entorno.
Los hombres, en cambio, tienden a desconectarse más rápidamente, evitando mostrar tristeza o vulnerabilidad, y canalizando el malestar a través de otras conductas.
Lo cierto es que diversos estudios coinciden en que, con el paso del tiempo, los hombres logran olvidar más rápido que las mujeres. Esto no significa que sufran menos, pero su manera de enfrentar el duelo suele ser más inmediata y menos profunda, lo que les permite salir adelante con mayor rapidez.

¿Por qué los hombres olvidan más rápido que las mujeres, según la psicología?
Una investigación de la Universidad de Binghamton , realizada entre más de 5.000 personas de 96 países reveló que, en promedio, los hombres experimentan menos dolor emocional y físico tras una separación. Sin embargo, esto no implica necesariamente que estén menos involucrados con sus parejas, sino que su forma de afrontar el duelo amoroso es distinta.
Los expertos afirman que, desde un enfoque evolutivo, las mujeres tienden a involucrarse de manera más selectiva y profunda al formar vínculos, ya que la inversión biológica -embarazo, lactancia y crianza- es significativamente mayor.El antropólogo Craig Morris, autor principal del estudio, explica que las mujeres suelen planificar relaciones a largo plazo, lo que las hace más vulnerables emocionalmente ante el rechazo.
Por eso, cuando la relación se rompe, muchas se sumergen en un proceso de introspección, analizando qué salió mal y buscando sentido a lo ocurrido. Este tipo de "estrategia constructiva", aunque dolorosa, suele fortalecerlas emocionalmente con el tiempo.
Los hombres, por el contrario, tienden a ocultar o reprimir su sufrimiento. Un artículo del sitio Psychology Today rescata la opinión del psiquiatra Scott Carol, experto en relaciones, quien afirma que los hombres adoptan un enfoque de "fingir hasta que sea verdad", refugiándose en salidas con amigos, nuevas relaciones superficiales, o enfocándose en el trabajo o pasatiempos.

Esta actitud evasiva responde, en gran parte, a mandatos culturales que desalientan la expresión emocional masculina. Como resultado, muchos hombres demoran más tiempo en sanar, incluso años, aunque públicamente parezca lo contrario, advierte Carol.
El psicólogo Josh Klapow, profesor adjunto de la Universidad de Alabama, en Brimingham, sostiene que esta desconexión emocional puede llevar a los hombres a considerar las relaciones como logros más que como vínculos afectivos profundos. De allí que algunos logren "pasar de página" rápidamente, sin haber procesado genuinamente la pérdida. Además, esta falta de elaboración emocional puede dificultar vínculos futuros más sanos y conscientes.
La biología también tiene un papel clave: cuando un hombre está enamorado, sus niveles de testosterona bajan y aumentan los de oxitocina, hormona que favorece el apego. Sin embargo, al romperse el vínculo, sus niveles hormonales se restablecen, lo que facilita el desapego. La bióloga Dawn Maslar, autora del libro Los hombres persiguen, las mujeres eligen, explica que esta respuesta química acelera la desconexión emocional en ellos.
Ahora bien, este aparente olvido rápido no significa ausencia de dolor. Simplemente, el hombre suele vivir el duelo en silencio, sin comunicarlo a su entorno ni permitirse explorarlo profundamente. Mientras tanto, muchas mujeres procesan el dolor en voz alta, lo que les permite aprender de la experiencia y recuperar su autoestima con mayor claridad a largo plazo.
En definitiva, todo indicaría que la idea de que los hombres "olvidan más rápido" es una percepción influenciada por factores culturales, biológicos y emocionales. Ambos géneros sufren tras una ruptura, pero lo hacen de formas distintas. Entender esas diferencias puede ayudarnos a ser más empáticos con los demás… y con nosotros mismos.
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