Dos notas encriptadas escritas a mano son la unica pista que tiene el FBI para desentrañar la muerte de Ricky McCornick, un hombre de 41 años cuyo cuerpo fue hallado en un campo de Misuri, Estados Unidos, en 1999, con los escritos cifrados en sus bolsillos, los cuales podrían ser la clave para resolver el caso.
Calificado como “caso sospechoso” por el departamento del sheriff del condado de Saint Charles, y posteriormente considerado un posible homicidio, aunque la causa oficial de muerte permanece "indeterminada", el cuerpo de McCornick fue encontrado boca abajo por una mujer en un maizal en West Alton, en una antigua vía de ferrocarril a lo largo del lado sur de la carretera 367, el 30 de junio de 1999.
Fue visto con vida la tarde del 25 de junio en el Forest Park Hospital de St. Louis, donde recibía tratamiento médico. McCornick padecia problemas cardíacos y pulmonares crónicos que pudieron contribuir a su muerte, según contó Tom O'Connor, jefe de la Brigada de Casos Mayores, en un articulo de St. Luis Post-Dispatch del 2 de julio de aquel año.

Por al avanzado estado de descomposición de su cadaver, el cuerpo de médicos forense no encontró señales de heridas de cuchillo o bala, peró sí pudo determinar la identidad mediante un análisis de huellas dactilares. Aunque cómo llego a ese campo es un misterio. Sus últimas direcciones conocidas eran en St. Louis, Belleville y Fairview Heights. Además, no tenía carnet de conducir ni vehiculo propio.
“¿Por qué estaba en medio de un campo de cultivo a 50 kilómetros de donde vivía, en un lugar donde no conocía a nadie?”, se preguntó el detective Michael Yarbrough, uno de los investigadores del caso, según consignó el medio The New York Times.
El enigma de los "Códigos McCornick" sigue vigente
Nacido el 14 de junio de 1958, la familia lo describió como “inteligente de la calle”. Sabía leer y escribir aunque abandonó sus estudios cuando asistia a la secundaria Martin Luther King de St. Louis en North Kingshighway. No estaba casado pero era padre de cuatro hijos. Se encontraba desempleado y recibía asistencia social por discapacidad.
En diálogo con River Front Times, su madre Frankie Sparks lo describió como “retrasado”, mientras que su primo Charles McCormick comentó que McCornick se expresaba "como si estuviera en otro mundo", y creia que padecia esquizofrenia o trastorno bipolar. "Ricky fue a ver a un psiquiatra, y dijo que Ricky tenía un muro de ladrillos en su mente", recordó Gloria McCormick, su tía.
De acuerdo con O'Connor y el sargento Kevin Wilson, comisario del condado de St. Charles, McCormick tenía antecedentes penales. Fue condenado a tres años por un cargo de violación de una niña de 12 años cuando él tenia 34, con quien tuvo dos de sus hijos, pero solo cumplió 11 meses de carcel. Para los investigadores, sus antecedentes no tenían vinculo con su muerte. "No estamos absolutamente seguros de que se trate de un homicidio", acotó O'Connor en aquel entonces.
Si bien la madre aseguró que “lo único que poodía escribir era su nombre”, y su primó señaló que "no podía deletrear nada, solo garabatear", fueron los familiares quienes le explicaron al FBI que McCormick solia utilizar de chico las notas cifradas. Sin embargo, ninguno de ellos sabía cómo descifrar los denominados “Códigos McCornick” y desconocían si alguién además de McCormick podía traducir su lenguaje secreto.
Para los investigadores de la Unidad de Criptoanálisis y Registros de Crimen Organizado (CRRU) del FBI, las notas halladas en sus bolsillos fueron escritas por el propio McCormick tres días antes de su muerte, pero nunca pudieron descifrarlas. Por ello, en 2011 el FBI publicó el enigma e invitó a cualquiera a aceptar el desafío de resolver las notas.

"Somos muy buenos en lo que hacemos, pero nos vendría bien algo de ayuda en este caso. Descifrar el código podría revelar el paradero de la víctima antes de su muerte y podría llevar a la solución de un homicidio”, aseguró el jefe de CRRA Dan Olson en la publicación del FBI.
Se trata de más de 30 líneas codificadas con una “enloquecedora variedad” de letras, número, guiones y paréntesis, de acuerdo con la descripción del FBI de las notas. Las mismas fueron analizadas por expertos en descifrar códigos. "Las vías estándar de criptoanálisis parecen haber chocado con muros de ladrillo", señaló Olson.
Junto con las noas, el FBI compartió una técnica de cuatro pasos para descifrar códigos. Primero, determinar en lenguaje utilizado. En el caso de los “Códigos McCornick”, los investigadores establecerion que está en inglés. Luego, determinar el sistema utilizado.
Para Olson, los caracteres de las notas “no son aleatorios”, ya que “hay muchas 'E', por ejemplo, que podrían usarse como separadores”. “Hay muchas características que sugieren que podría resolverse, muchos patrones. El problema es que no sabemos por qué no es resoluble", indicó en River Front Times.

Los investigadores del FBI se quedaron trabados en el segundo paso, por lo que nunca pudieron avanzar al tercero, que es reconstruir la clave, lo que los llevaría al último paso: reconstruir el texto. "Los códigos se hicieron públicos con la esperanza de que alguien los viera y sugiriera ideas. Podemos tener una visión de túnel. Sabemos un poco sobre este caso, y a veces eso nos pone en desventaja", remarcó
Las notas ocupan el tercer puesto en la lista del CRRU de casos sin resolver, solo por detras de un cifrado ininterrumpido escrito por el autodenominado asesino del Zodiaco en 1969, y una carta de amenaza secreta escrita a una agencia pública no revelada de 1987.
Sobre la firma
Redactor de la sección Internacional. Licenciado en Comunicación (UNLZ). Pasó por BAE Negocios, donde escribió sobre política, economía y sociedad. Estuvo acreditado en Casa Rosada. Dio sus primeros pasos en Agencia AUNO. [email protected]
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