En el corazón de las sierras riojanas, escondido entre montañas intactas y paisajes que deslumbran a cada paso, se encuentra Las Placetas, un centro de montaña que parece detenido en el tiempo. Este destino, todavía poco conocido por el turismo masivo, es perfecto para quienes buscan silencio, aventura y vistas que emocionan.
Ubicado a 2.684 metros sobre el nivel del mar, este refugio natural forma parte del departamento de Chilecito, en La Rioja, y ofrece una experiencia distinta: aire puro, caminatas entre senderos olvidados, minas dormidas y un río amarillo que baja desde las entrañas del cerro Oro. La postal es mágica y difícil de olvidar.
Quienes ya lo visitaron aseguran que es uno de esos lugares que te cambian el ritmo, donde el tiempo se desacelera y todo invita al descanso. Desde el silencio del paisaje hasta la calidez de su gente, cada detalle está pensado para reconectar con lo esencial, ideal para una escapada.
Praderas verdes y un río que parece pintado en La Rioja
Las Placetas es un oasis de piedra en medio de montañas vírgenes. Sus paisajes combinan praderas de altura, cielos intensos y un río serpenteante que llama la atención por su color amarillo. El fenómeno no es casual: el agua baja teñida por el hierro oxidado, que proviene de la antigua mina de oro. Ese detalle le da al lugar un toque casi surrealista.
El no es complicado, pero se recomienda ir en vehículos altos ya que, en algunos tramos, el camino se cruza con el cauce del río. Sin embargo, cada curva del trayecto ofrece una postal distinta: montañas imponentes, vegetación rústica y el sonido del silencio.

Un centro de montaña con alma propia
Este rincón riojano no solo deslumbra por su entorno, sino también por la calidez de su propuesta turística. El complejo hotelero cuenta con ocho habitaciones, una de ellas con hidromasaje y vista directa a las montañas. Además, hay una terraza de madera suspendida sobre el río que se convierte en el lugar ideal para mirar el atardecer o simplemente escuchar el fluir del agua.
Entre sus principales atractivos:
- Restaurante propio con cocina casera y sabores locales.
- Galería exterior para disfrutar al aire libre.
- Espacios de descanso con vistas panorámicas.
- Caminatas guiadas por la zona minera y senderos de montaña.
La gastronomía también es un punto fuerte: panes caseros, productos locales recién horneados y sabores autóctonos que invitan a quedarse un rato más. Todo acompañado por una atención personalizada, el cariño de los anfitriones y la compañía simpática de los perros del lugar, que suelen hacer de guías en las caminatas.

Aventura, historia y naturaleza en su estado más puro
Para los fanáticos del trekking, Las Placetas ofrece desafíos reales: senderos que atraviesan cerros, paisajes que cambian con cada paso y un aire tan puro que parece curar el alma. Entre las huellas de la minería y la inmensidad del entorno, el visitante encuentra una conexión única con la tierra y su historia.
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