En los últimos tiempos, la Inteligencia Artificial (IA) se metió de lleno en nuestra vida cotidiana: responde mensajes, genera imágenes, recomienda series, crea contenido y hasta escribe artículos. Sin embargo, a pesar de su crecimiento acelerado, hay un conjunto de profesiones que la inteligencia artificial no puede reemplazar. Son trabajos donde el componente humano, emocional y social resulta esencial para que funcionen.
Desde la empatía de un psicólogo, hasta la creatividad de un artista o el ingenio de un electricista, estas tareas dependen de habilidades humanas que ninguna máquina logra imitar con profundidad. ¿Cuáles son esos oficios y roles que seguirán siendo exclusivos de las personas según ChatGPT?
En el campo de la salud mental, la empatía, la escucha activa y el acompañamiento emocional personalizado son claves. Y aunque existen aplicaciones que ayudan a calmar la ansiedad o meditar, ninguna máquina puede leer una mirada triste o un silencio incómodo como lo hace una persona entrenada, señala ChatGPT.
Por eso, psicólogos, terapeutas, acompañantes terapéuticos y trabajadores sociales seguirán siendo esenciales, sobre todo en contextos de vulnerabilidad emocional o social.
En las escuelas argentinas, el rol del docente va más allá de transmitir información. Un maestro o profesor cumple funciones de contención, motivación y guía. La IA puede explicar una ecuación, pero no puede detectar si un alumno tiene hambre, está angustiado o necesita una charla aparte, describe ChatGPT.
Además, el vínculo pedagógico que se genera en el aula sigue siendo un motor clave para el aprendizaje. Por eso, educadores y docentes tienen un rol irremplazable.
En el ámbito de la salud, la IA puede colaborar con diagnósticos, pero no puede reemplazar el tacto de una enfermera que calma a un paciente, ni el olfato clínico de un médico que detecta lo que no dicen los estudios.
También en geriatría, discapacidad o cuidados paliativos, el aspecto humano, afectivo y emocional es fundamental. Los robots pueden asistir, pero no pueden acompañar como una persona.
En tiempos de crisis o decisiones difíciles, la IA no puede asumir responsabilidades ni valores morales. Líderes políticos, jueces, empresarios o dirigentes sociales necesitan criterio, intuición y sentido ético para resolver problemas complejos.
Una máquina puede calcular probabilidades, pero no puede sentir culpa, justicia ni solidaridad.
No todo es digital. Plomeros, gasistas, electricistas, carpinteros o mecánicos enfrentan situaciones únicas cada día. Y muchas veces, improvisan soluciones con creatividad e intuición que ningún algoritmo puede prever.
Aunque algunos procesos se automaticen, la experiencia, el ingenio criollo y la habilidad manual siguen siendo clave.
Solo los psicólogos pueden leer con profundidad a sus pacientes. Foto: Shutterstock.
La IA puede ser un complemento para los profesionales de la salud, pero no los reemplazará. Foto: Shutterstock.
