Hay momentos en los que lo único que hace falta es escapar un rato, dejar el celular en silencio y compartir tiempo real con tu pareja. Cuando la rutina se vuelve pesada y el día a día consume la conexión, una escapada de fin de semana puede ser el mejor plan para reencontrarse, mirarse distinto y disfrutar sin apuros.
Por suerte, cerca de Buenos Aires hay destinos que invitan a frenar y volver a lo esencial: paisajes tranquilos, propuestas con encanto y planes pensados para disfrutar de a dos. En esta nota te mostramos tres escapadas románticas fuera del circuito más clásico, ideales para redescubrir el amor lejos del ruido y más cerca de la naturaleza.
A menos de una hora de la Ciudad, Tigre tiene todo lo necesario para un fin de semana distinto. El paseo en lancha por los canales es uno de esos planes que nunca fallan: el reflejo del sol en el agua, el verde por todos lados y el silencio interrumpido solo por los pájaros crean un entorno único para desconectarse del mundo.
Un rincón muy especial dentro del Delta es la zona de Los Bajos del Temor, un paisaje casi virgen que parece sacado de una película. Rodeado de naturaleza y lejos del movimiento turístico más habitual, este lugar invita a bajar el ritmo y disfrutar del paisaje con todos los sentidos.
Además, hay restaurantes con vista al río, ideales para una cena íntima, donde la brisa del agua y las luces reflejadas en el canal arman un ambiente inmejorable.
Para hospedarse, hay cabañas con muelle propio, casitas isleñas rodeadas de verde y propuestas boutique que priorizan el confort y la privacidad. Un detalle no menor es que muchos hospedajes ofrecen canoas o kayaks, lo que permite explorar la zona a tu propio ritmo y sumarle un plus de aventura al plan.
Para los que sueñan con mar, pero sin el amontonamiento típico del verano, Mar Azul es una opción excelente. Este rincón de la Costa Atlántica ofrece playas amplias, poca gente y una atmósfera relajada que se presta para tirarse en la arena, leer, charlar o simplemente mirar el horizonte sin apuro.
Podés probar el sandboard en las dunas o hacer una caminata por el Camino de los Artesanos, un paseo lleno de puestos con productos únicos, luces cálidas y un encanto que se siente en cada rincón.
El entorno invita a estar presente, a caminar descalzos por la playa o a compartir una charla larga en alguna cafetería con decoración rústica y atención personalizada. Mar Azul combina lo mejor del bosque y el mar en un mismo lugar, lo que lo vuelve ideal para quienes buscan un descanso en la naturaleza sin perder el toque romántico.
Si lo que buscan es desconectarse en serio, Mar de las Pampas es ese lugar que parece diseñado para el descanso. Rodeado de pinos, con playas casi desiertas y alojamientos que se camuflan entre los árboles, este destino tiene una energía muy especial.
Caminatas por la playa al atardecer, desayunos tranquilos entre los árboles y tardes de lectura o charlas eternas en una cabaña acogedora son parte de la propuesta.
Además, muchas de las hosterías y complejos del lugar están pensados especialmente para escapadas de a dos, con detalles como hidromasaje, decks privados o servicios de spa que complementan la experiencia.
Un paseo en lancha por los canales del Delta de Tigre es un plan romántico que combina paisaje, calma y desconexión. Foto: Archivo Clarín. 
El entorno boscoso y las playas solitarias de Mar de las Pampas generan una atmósfera mágica ideal para desconectar del mundo. Foto: Prensa Villa Gesell. 
