Casarse es una de las decisiones más trascendentales en la vida de cualquier persona ya que el matrimonio impone una serie de obligaciones morales y legales.
En el aspecto moral, el respeto mutuo, la asistencia recíproca y la fidelidad son bases fundamentales de una pareja consolidada.
En el aspecto legal, la istración compartida de los bienes, el cuidado de los hijos (si los hubiere) y la convivencia en un mismo domicilio definen a un matrimonio concretado legalmente.
Conocer estos compromisos ayuda a mantener el matrimonio por mucho tiempo, ya que, como toda relación, tiene sus momentos buenos y otros más difíciles de sobrellevar.
¿Cuáles son los siete compromisos del matrimonio?
Uno de los deberes más importantes que adquieren los cónyuges al momento de casarse en el Registro Civil es el de convivencia. Esto implica que ambos deben vivir juntos y compartir un hogar.
La convivencia no solo se refiere a la proximidad física, sino también a la construcción de un ambiente de apoyo y respeto mutuo. Este deber es esencial para el desarrollo de una relación sana y estable.
El deber de asistencia se refiere a la obligación de los cónyuges de apoyarse de manera mutua, tanto en lo emocional como en lo económico. Esto significa que cada uno debe contribuir al bienestar del otro, ya sea a través de la provisión de recursos económicos, el cuidado de la salud o el apoyo en momentos difíciles.

Este deber es fundamental para fortalecer la unión matrimonial y asegurar que ambos cónyuges se sientan valorados y respaldados.
Si bien la infidelidad ya no es causa de divorcio, la fidelidad es otro de los pilares del matrimonio sano. Este deber implica que cada cónyuge debe ser leal y exclusivo en su relación, evitando cualquier tipo de engaño.
La fidelidad no solo se refiere a la relación sexual, sino también a la lealtad emocional y el respeto hacia el otro. La violación de este deber puede tener consecuencias emocionales significativas, porque muchas veces lleva a la persona engañada a pedir el divorcio.

El respeto mutuo es esencial en cualquier relación, y el matrimonio no es la excepción. Los cónyuges deben tratarse con dignidad y consideración, fomentando un ambiente de comunicación abierta y honesta.
Este deber implica escuchar y valorar las opiniones y sentimientos del otro, lo que contribuye a una relación más armoniosa y satisfactoria.
Si la pareja tiene hijos, asume el deber legal de cuidar y educarlos. Esto incluye proporcionarles un hogar seguro, educación, atención médica y apoyo emocional. La responsabilidad parental es un aspecto fundamental del matrimonio y requiere un compromiso conjunto para asegurar el bienestar de los niños.

En la Argentina, los cónyuges también tienen deberes relacionados con la istración de los bienes adquiridos durante el matrimonio (bienes gananciales). Dependiendo del régimen patrimonial elegido, cada cónyuge tiene derechos y obligaciones sobre los bienes, lo que implica una gestión conjunta y responsable de los recursos económicos.
Por otra parte, compartir las tareas del hogar, tradicionalmente encargadas a la mujer, es otro de los compromisos que asumen cada vez más parejas, en especial, las formadas por jóvenes.
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