Después de preparar una taza de café, lo más común es tirar los restos al tacho sin pensarlo dos veces. Sin embargo, ese residuo que suele pasarse por alto puede transformarse en un recurso útil y sustentable. Lo que queda en el filtro o en la cápsula, una vez seco o recién preparado, tiene propiedades que lo hacen ideal para distintas tareas del hogar, desde el cuidado de las plantas hasta rutinas de belleza.
Reciclar café no requiere materiales caros ni procesos complicados. Con un poco de ingenio y ganas de aprovechar lo que ya tenemos, es posible reducir desechos y al mismo tiempo darle una mano al ambiente. Acá te mostramos cinco maneras sencillas y eficaces de reutilizar café usado con objetos que seguro ya tenés en tu cocina.
Mejorá la tierra de tus plantas con café
Una de las formas más efectivas de reutilizar los restos de café es mezclarlos con la tierra del jardín o de tus macetas. El café aporta nitrógeno y otros nutrientes que benefician el crecimiento de las plantas, especialmente las que prefieren suelos ligeramente ácidos.
También mejora la retención de humedad y favorece el drenaje. Eso sí, usalo con moderación: una o dos cucharadas por planta son suficientes para no afectar el equilibrio del suelo.
Eliminá malos olores en la cocina y el baño
El café seco actúa como un desodorante natural gracias a su capacidad de absorber olores fuertes. Si tenés mal olor en la heladera, en el cesto de residuos o incluso en el baño, podés colocar un poco de café usado (ya seco) en un recipiente sin tapa o dentro de una bolsita de tela.

También ayuda a neutralizar aromas desagradables y deja un leve perfume terroso que refresca el ambiente sin necesidad de aerosoles artificiales.
Disimulá rayones en muebles oscuros
Si tus muebles de madera oscura tienen rayas finas o marcas superficiales, el café puede ayudarte a mejorar su aspecto. Humedecé un hisopo en café usado y aplicalo directamente sobre el rayón.
Después de unos minutos, retirá el exceso con un trapo limpio y seco. El color del café actúa como un tinte natural, emparejando el tono del mueble y disimulando imperfecciones sin necesidad de usar productos químicos o pinturas.
Cuidá tu piel con un exfoliante casero
El café molido, por su textura, es ideal para remover células muertas de la piel de manera natural. Para preparar un exfoliante casero, mezclá el café con unas gotas de agua o de aceite vegetal, como el de coco o de almendras.
Aplicalo con movimientos suaves y circulares sobre la piel húmeda, especialmente en zonas como codos, rodillas o pies. Es una opción accesible y libre de químicos para mantener la piel más suave y saludable. Es importante evitar usarlo más de una vez por semana para no resecar la piel.

Limpiá sartenes y bandejas con café
El café usado tiene una textura abrasiva suave que resulta muy útil para limpiar restos difíciles en ollas, bandejas y sartenes. En lugar de usar productos agresivos, aplicá café directamente sobre la superficie y frotá con una esponja y un poco de agua.
Usar el café reciclado para esto es una alternativa natural que ayuda a eliminar grasa adherida y restos de comida sin dañar el material ni generar residuos contaminantes.
Aprovechar los restos de café es una manera sencilla de incorporar hábitos de consumo responsable en la vida cotidiana. Además de disminuir la cantidad de residuos que generamos, permite reemplazar artículos industriales por alternativas más ecológicas y caseras.
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