Wanda Nara se fue de la Argentina teniendo un fan en lo de Tinelli que patentó el llamado “consumo irónico”. Ahora es como si volviera en calidad de primera dama. Tan pero tan mediática, que hasta pareciera que le queda chico el rol de conductora de televisión. El lunes a las 21.30 volverán a encenderse las hornallas de Masterchef en busca del mejor cocinero o cocinera amateur del país. Y Wanda Nara será la conductora.
Es un día de semana cualquiera y Wanda se mueve por los pasillos de Telefé como sabiendo que ella, y nadie más que ella, puede manejar un Lamborghini. Sin embargo en un rato aplastará nuestros prejuicios y tendrá esa sencillez de los famosos que nunca deja de sorprender.
Estamos a un metro de distancia, respirando del mismo oxígeno que supo respirar Mauro Icardi. Tanta es la proximidad que podríamos afirmar que Wanda no tiene ni un solo punto negro en la nariz.

En el camarín hay una ensalada de frutas a medio terminar y unas cuantas mujeres, una de ellas, su madre. La señora, tan macanuda como Wanda, tiene un notable parecido a la abogada mediática Ana Rosenfeld.
A quienes nunca la habíamos visto personalmente, nos sorprende el tamaño de la modelo-empresaria de 36 años. Es grandota y linda, pero no tan despampanante como aparece en las fotos.
Wanda está plácidamente sentada en un sillón de dos cuerpos. Sentada y descalza con pies aptos para el fetiche.
"Acá notaron que respetaba los horarios, que podía pasarme en el canal hasta diez horas por día. Es como que me vieron un poco más terrenal…", explica seguramente intentando escapar de cierto y aristocrático, imaginario colectivo.
Por qué ser conductora

-Daría la impresión de que no tenés necesidad de trabajar. ¿Que buscás con la conducción de un programa?
-Es un desafío mío personal. A este canal lo conozco desde que era muy chiquita. Caminé los pasillos, conozco a los productores, que son los de siempre, y ellos saben que hace años yo decía: "Quiero conducir, quiero conducir...". Yo me casé muy joven y tuve hijos muy joven. A los 21 me casé y a los 22 ya tenía a Valentino. La verdad es que me dediqué a la crianza de ellos viviendo en Europa. No tenía la posibilidad de instalarme en el país ni de hacerme cargo de un formato televisivo.
Pero mis hijos están más grandes. Hubo una propuesta para conducir los Martín Fierro y ahí empezamos las tratativas con el canal para Masterchef... Tuve cinco hijos que me necesitaban y ahora la más chiquita está en primer grado. Quiero decir que tengo más tiempo para dedicarme a mí.
Estoy viviendo en Buenos Aires y supongo que serán cuatro o cinco meses, 60, 70 programas, entonces sé que puedo organizarme bien. A los chicos los trasladé a colegios de acá y además Valentino (el mayor) me planteó que su deseo era jugar en River.
-¿Quiere jugar al fútbol como el padre">Hernán Firpo quiere pensar que es un producto de su imaginación, sus dependencias y sus insomnios, pero no es más que un tipo que viene aprendiendo y obedeciendo desde hace tantos años que hasta le costaría reconocer un solo gesto propio. Se dedica al periodismo desde la década del '90. Pasó por un par de revistas hasta llegar a Clarín. Publicó algunas novelas sin ningún éxito. [email protected]
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