El furor de los “wedding hashtags”: ¿Bodas diseñadas para Instagram?
Los grandes eventos tienen su correlato en las redes sociales en forma de hashtag: ya hay empresas que los diseñan personalizados y son un elemento infaltable en los casamientos de hoy.
Jessica Lehmann y Jesse Ash se casaron en la ciudad de Brooklyn, Nueva York, en septiembre del año pasado. El juego con los nombres les salió redondo cuando encontraron en hashtag indicado para que los invitados pudieran subir las fotos desde sus celulares en tiempo real: #JessTheTwoOfUs. En nuestro idioma: #JessNosotrosDos.
Es una tendencia creciente a crear el hashtag de la pareja, como parte del branding del festejo: hay empresas que los venden, hay parejas que los hacen por sí mismas y hay páginas de los arman de forma gratuita.
Pero empecemos por el principio, ¿qué es un hashatag? El tío de ochenta años, un advenedizo en redes sociales, puede quedar desubicado con la pregunta en el medio de la fiesta: "¿que suba las fotos a dónde?" Los hashtags surgieron en el año 2007 con el boom de las redes. Se trata de una palabra o varias sin espacios, con el # (numeral) adelante. Funciona a modo de etiqueta para las redes Instagram, Twitter, Facebook, Tumblr, Snapchat (y las nuevas que aparezcan). Cuando un posteo incluye un hashatag, haciendo click en esa palabra, se pueden ver todas las publicaciones de otras personas sobre ese tema.
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#CamiyJuan, #ElAmordeJuliySebas, #CasiqueNoAndresyNaty, son ejemplos de hashtags que llevan el sello propio de la relación, y este es uno de los conceptos asociados a su uso. Un buen hashtag de boda dice mucho sobre la pareja, hace reír y se recuerda fácil.
El furor de los "wedding hashtags".
Cosas de millennials
Los nativos digitales, más específicamente los millennials, ardientes consumidores y propulsores del poder de las redes, sienten que sus muros y perfiles personales son una directa extensión de la vida real. Y momento -o uno de los momentos- más importante de sus vidas tiene que tener un correlato virtual con su propio sintagma, para que otros lo vean, lo sigan, lo compartan, lo "megustéen".
El despliegue del narcisismo que las bodas de por sí generan, entre vestidos, flashes, álbumes y videos, no se aprovecha en todo su potencial si no se actualiza minuto a minuto para el público externo, ese que no asistió a la fiesta pero "la mira por tv". O para ese que asistió y desea recordar. Entre los invitados, ¿harán una competencia entre quien sacó la mejor foto? ¿quién registró el momento más divertido">
El furor de los "wedding hashtags".