El recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidas y China hundieron aún más los principales indicadores de Wall Street este viernes luego de que Beijing informara que aplicará una tarifa de 34% a las importaciones estadounidenses. Y como ya ha pasado en otras ocasiones de crisis globales, Argentina fue uno de los países que se llevó la peor parte.
En Estados Unidos, el S&P 500 cayó 6% y el Nasdaq 5,8%. Esto se sumó a los malos desempeños de la rueda anterior. El discurso de una hora de Donald Trump del miércoles significó que en dos días se haya destruido una riqueza en activos financieros equivalente a US$ 6,6 billones, más de diez veces el PBI de la Argentina.
Desde Econviews describieron la reacción a los aranceles. "La bolsa de Nueva York se hundió 10%, las tasas estadounidenses cayeron debajo de 4% por primera vez en meses y bajaron el petróleo y la soja. La volatilidad financiera es la más alta desde marzo de 2020".
En Argentina, el impacto se sintió en tres frentes principalmente: acciones, bonos y materias primas.
El tembladeral se tradujo primero en una baja generalizada de las acciones en el Merval y en Wall Street por segundo día consecutivo. Los títulos de las firmas locales retrocedieron hasta 12,2%, como fue el caso del Banco Supervielle.
En Buenos Aires, el S&P Merval cayó 7,2%, luego de haber llegado a bajar 10%, con el Banco Supervielle, TGS e YPF como las acciones más perjudicadas. Con una caída del 8,4% en dólares, el Merval tuvo su peor día desde las elecciones de 2023.
A pesar de que las bolsas de la región también cayeron, la porteña fue por lejos la más afectada, ya que el resto descendió entre 1 y 3%.
Los bonos de la deuda perdieron, por su parte, hasta 3%, lo que generó que el riesgo país se disparara por encima de los 900 puntos básicos: pasó de 872 a 943 puntos en el arranque, aunque finalmente terminó en 925.
Es el nivel más alto para este indicador de JP Morgan que mide la sobretasa que debe pagar Argentina para endeudarse desde noviembre del año pasado. El riesgo país arrancó el año en 570 puntos, un nivel que abría la ilusión de que Argentina pudiera volver a los mercados internacionales en algún momento del 2025.
Pero en medio de la incertidumbre por la demora del acuerdo con el Fondo Monetario, la pérdida de reservas del Banco Central, los tropiezos políticos del gobierno y ahora el cimbronazo que causaron a nivel global las políticas de Trump hicieron saltar el indicador 45%.
El golpe también se sintió en los commodities más importantes para Argentina. Desde los 378 dólares por tonelada que había alcanzado el martes en el mercado de referencia de Chicago, la soja bajó a US$ 361 en el cierre de la semana.
Por su parte, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cedió un 7,41% y se situó en 61,99 dólares el barril, su precio más bajo desde 2021.
Este retroceso en los precios suma más tensión sobre la escasez de dólares que impacta en la economía argentina.
En este marco, los dólares financieros se movieron al alza. El MEP o Bolsa subió 1,6%, para alcanzar los $ 1.340; el contado con liqui se incrementó 1,3%, a $ 1.337 y el dólar blue se mantuvo en $ 1.310.
El Banco Central vendió US$ 31 millones. En 13 de las últimas 14 ruedas la autoridad monetaria tuvo que salir a vender para cubrir la demanda creciente del mercado y se desprendió de casi US$ 3.000 millones en tres semanas. Las reservas terminaron en US$ 25.119 millones, el nivel más bajo en 14 meses.
Desde GMA Capital apuntan que "la decisión de la istración de Donald Trump impactará de lleno en el sector exportador argentino. En 2024, EE.UU. fue el segundo mayor destino de las exportaciones locales, con ventas por US$ 6.454 millones que representaron el 8,1% de lo exportado. Está claro que los nuevos aranceles vienen a jugar un rol bastante crítico en un año en el cual las divisas son más necesarias que nunca".
"A Argentina todo este marco global la encuentra fortalecida en lo fiscal pero vulnerable en su frente externo. Más allá de que el dólar se ha depreciado fuertemente en estos días como consecuencia de mayores probabilidades de recesión (que motivarían reducciones de tasas), lo cierto es que cuando un país grande impone aranceles, el resultado general es que el resto de las monedas debería depreciarse frente al dólar para compensar la modificación de los precios relativos que el arancel impuso. Y nosotros, hasta nuevo aviso (o hasta nuevo acuerdo con el Fondo) seguimos atados al dólar con el crawl", señalan desde LCG.
"En un contexto que muestra dificultades para acumular divisas (y con reservas exiguas), este panorama introduce dificultades adicionales no sólo por la baja de la soja y el petróleo sino también para calibrar una estrategia cambiaria saludable. En un contexto que se requiere flexibilidad, estamos encorsetados con la premisa de que no tienen que haber movimientos cambiarios hasta las elecciones. O tal vez esta sea la excusa perfecta para rever la estrategia cambiaria", concluye LCG.
NE
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