No hay dos sin tres... ¿ni tres sin cuatro? Boca busca DT y en la danza de nombres que suenan como candidatos para suceder a Fernando Gago apareció uno que siempre está presente pero que esta vez suena de manera diferente: Carlos Bianchi, que estaría ante la chance de su cuarto ciclo al frente del club.
A los 76 años de edad, y a más de 10 de su última vez en el banco del Xeneize, desde el predio de Ezeiza se mencionó a Bianchi como una idea o un sueño de Juan Román Riquelme para salir de esta incómoda situación que atraviesa el club, bien posicionado para los octavos de final del Torneo Apertura pero carente de liderazgo en el banco de suplentes.
Mientras el presidente de Boca parece tener en la cima de sus preferencias a Gabriel Milito como técnico, la alternativa más cercana en términos afectivos parece ser la de Bianchi, en una especie de merecido "last dance" para el Virrey en la plana mayor del fútbol planetario, compitiendo en el Mundial de Clubes.
Bianchi, campeón de todo con Boca, ícono y referencia de la era más dorada del club en toda su historia, llegó a Brandsen 805 a mediados de 1998 y le dio un giro de 180 grados a una institución que en esos años noventa compraba por millones de dólares y no concretaba en ningún campeonato. De un momento para el otro, fue bicampeón del torneo local con campañas récord y en el año 2000 se consagró campeón de América y del mundo frente al Real Madrid, doble mérito que el propio Bianchi ya había logrado con Vélez.
El Virrey fue por más y al año siguiente volvió a ganar la Copa Libertadores, la cuarta en las vitrinas del Xeneize, a la vez que seguía sumando trofeos en el plano local. Dejó el club tras caer en la Intercontinental de 2001 luego de una polémica derrota contra el Bayern Múnich, rival que casualmente le tocará enfrentar a Boca en el Mundial de Clubes que comienza el 14 de junio en Estados Unidos.
La segunda parte de Bianchi en Boca llegó en 2003 y ni el más optimista de los hinchas hubiera imaginado que el equipo volvería conquistar el mundo a fines de esa temporada: primero le ganó al Santos la final de la Libertadores por goleada y en diciembre volvió a festejar en Japón pero por penales ante el Milan de Ancelotti.

A mediados de 2004, tras eliminar a River en las semifinales de la Libertadores, perdió la final de la Copa Libertadores contra el Once Caldas y decidió ponerle punto final a su segundo mandato, en medio de un conflicto irreconciliable hasta el día de hoy con quien era presidente de esos tiempos de vueltas olímpicas y gloria, un Mauricio Macri que preparaba su desembarco en la política.
A la tercera parte de Bianchi como DT de Boca los hinchas prefieren obviarla porque no estuvo a la altura de lo que el propio Virrey se merecía: se recuerda una goleada en contra 1-6 contra San Martín de San Juan en tierra cuyana y porque se salvó de un papelón al quedar anteúltimo en el Torneo Final 2013, con apenas 18 puntos, uno por encima de Unión. Daniel Angelici, enemigo número 1 de Riquelme, lo echó sin darle la chance de despedirse ante la gente, y esa es otra cuenta pendiente que el propio Román estaría dispuesto a saldar.

Desde hace un tiempo, Bianchi divide su vida entre París y Buenos Aires junto a su esposa, pero siempre se mantuvo cercano al fútbol. En Boca es Dios pero su casa es Vélez, y suele aparecer en el Amalfitani, casi siempre cuidando su bajo perfil. En diciembre bajó a la cancha y se mostró en una premiación, donde recibió una ovación que resonó en todo Liniers.
La Bombonera lo recibió como la leyenda que es. Fue en junio de 2023, cuando Riquelme armó su partido despedida y convocó a todo tipo de figuras, entre ellas a Lionel Messi, Angel Di María y Lionel Scaloni, pero en La Boca se gritó más por Bianchi que por cualquier otro invitado.
La idea de Román es tener a su propio Ancelotti, un sabio con potestad absoluta en los planteos pero presencia simbólica en las prácticas, al frente de un cuerpo técnico que se encargaría del día a día. Mientras tanto, Boca visita a Tigre el próximo domingo y el entrenador será el interino Mariano Herrón. Lo que pase después por ahora no lo tiene claro nadie.
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