Estudiantes se quedó a tiro de la reacción en el Morumbí: Botafogo lo liquidó y no lo dejó asegurar la clasificación en la Copa Libertadores

Estudiantes pagó caro su propuesta en el estadio Olímpico Nilton Santos. El equipo de Eduardo Domínguez pareció haber llegado a Brasil para enfrentar a Botafogo para cuidar una serie de variables: el 0 a 0 con posibilidad de hacer la diferencia de contragolpe y jugar con el nerviosismo de su rival, que necesitaba sí o sí los tres puntos para seguir con chances en la Copa Libertadores. Pero pese a la reacción de levantar dos goles en contra, se quedó con las manos vacías porque perdió 3-2 y deberá jugarse la clasificación a los octavos de final en la última fecha, incluso con la chance de ser líder del grupo A.

Su gente colmó el estadio y marcó a temperatura del encuentro. Estudiantes se acomodó rápido con cuatro en el fondo, el capitán Santiago Ascacibar pegadito como mascarón de proa de la defensa y un mediocampo al que le faltaron unos cuantos metros más adelante para hacer honor a su ubicación. Por momentos, Lucas Alario, el único punta, aportó más en defensa que en ataque.

Botafogo tuvo la pelota, le costó penetrar el fondo Pincharrata y si no sacó ventaja prematuramente fue por la mala puntería y porque Matías Mansilla respondió cuando lo probaron. Estudiantes, mostró sus armas. Tuvo sus aproximaciones aún sin tener el control de la pelota. La más clara una equivocación -otra- del arquero John que el Ruso no pudo rematar con efectividad.

Tanto intentó, tanto jugó en campo de Estudiantes que Botafogo consiguió su gol. Fue a los 43 cuando Artur intentó un remate cruzado desde la izquierda, sin dirección, que funcionó como un pase para Rwan Cruz, que entró suelto por la derecha a la espalda de los marcadores y desde el suelo la empujó.

Si el Pincha pensaba aguantar todo el partido, se quedó sin argumentos después del gol. Botafogo supo que la diferencia mínima y por eso desde el reinicio intentó ampliar la ventaja. Lo consiguió rápido, a los seis del segundo tiempo se puso 2 a 0. Fue después de una mala salida de Mansilla que Igor Jesus conectó de cabeza un tiro de esquina que le dio más confianza todavía.

A Domínguez no le quedó otra alternativa que los cambios: metió tres y en poco tiempo le dieron resultado. No tanto por lo que hicieron en cancha, sino porque dos minutos después el árbitro paraguayo Juan Gabriel Benítez no dudo en sancionar un penal por una mano de Gregore, de esas que no suelen cobrarse.

Tiago Palacios se encargó del tiro de manera magistral, la acomodó a la izquierda del arquero, que eligió el mismo palo y no la pudo desviar. Fue el descuento en el momento justo. El Barba siguió moviendo el banco como para intentar dar vuelta la taba, tras un primer tiempo mezquino y a pura especulación.

Encendido, llegó al empate. Otra vez Palacios, pero ahora resolviendo en el área con una técnica sobresaliente para aprovechar un rebote, acomodarse y definir con la pierna de menor habilidad. Con el 2 a 2, el Pincha se animó a salir para buscar el triunfo que lo encumbrara en las posiciones.

Pero en su peor momento, Botafogo volvió a ponerse arriba en el marcador. Artur desbordó por derecha, pasó con un caño a Facundo Rodríguez y una definición a pura potencia, al flanco que le regaló Mansilla que cubrió el espacio opuesto antes de que saliera el remate.

Lo ganó Botafogo por amor propio -si no ganaba se complicaba- y porque el Pincha le regaló un tiempo, sin hacer pie en la cancha. Al equipo de Domínguez no le alcanzó el segundo tiempo para llevarse el partido y se volvió de Brasil con las manos vacías.

Botafogo vs Estudiantes de La Plata, por la Copa Libertadores, minuto a minuto