Los encuentros familiares, las salidas, las reuniones de amigos: con protocolos sanitarios incluidos, la "nueva normalidad" comienza a devolvernos de a poco, aquellas viejas y queridas rutinas: nada menos que los hábitos y actividades de los que estaban hechas nuestras vidas antes de que la pandemia nos sumiera, y a nivel global, en una secuencia de postergaciones y parálisis. Ahora es la Feria del Libro de Buenos Aires la que retoma su impulso y nos invita, una vez más, a perdernos en ese gozoso recorrido al que volveremos con entusiasmo renovado. En ese océano de libros.
“Hay un síndrome de abstinencia de la Feria", define Ezequiel Martínez, reconocido periodista, gestor y editor -se desempeñó durante 26 años en Clarín- designado en septiembre pasado como director de la Fundación El Libro, que organiza el mayor evento cultural del país y uno de los más valorados por el sector editorial a nivel global.
La Feria es, ya se sabe, la gran fiesta anual de la cultura, con proyección internacional, y una cita ineludible, por lo que representa el encuentro para editores, escritores y gestores de la industria.
La Feria del Libro porteña tiene la particularidad de que no solo está diseñada como un encuentro comercial entre los agentes del sector sino, o sobre todo, para tentar y ganar lectores:"No tengo duda de que será un evento masivo", dice Martínez en este sentido. "Nos preparamos para inaugurar una edición inolvidable", augura.

Tras dos años de parate, La Feria volverá a será presencial, a partir del 26 de abril y hasta el 16 de mayo, con La Habana como ciudad invitada. Y, claro, retomará su ímpetu con un programa que sorprende por la variedad y calidad de sus propuestas, y figuras estelares como las del Nobel peruano Mario Vargas Llosa, el español Javier Cercas, el best seller estadounidense John Katzenbach, la chilena Diamela Eltit, entre otras presencias internacionales.
Algunos, costaron: es que la gestión de organización se inició en noviembre -cuando suele iniciarse al finalizar las ediciones, en abril- y algunos de los convocados recién están retornando a las actividades presenciales y a los viajes.
Los expositores estarán distribuidos de la misma manera que estaba previsto para 2020, cuando el evento fue suspendido; casi como si se hubiera parado el tiempo. Y ya se sabe que las entradas costarán entre los 300 y 450 pesos.
Entre las novedades de este año, Martínez anuncia que se armará un "firmógrafo" en la entrada del predio para que los autores puedan firmar sus ejemplares a los lectores.
Entre las novedades de este año, Martínez -que a su vez es hijo del periodista cultural y escritor Tomás Eloy Martínez-, anuncia en diálogo con este diario que se armará un "firmógrafo" en la entrada del predio para que los autores puedan firmar sus ejemplares a los lectores: "Será una gran carpa con cuatro puestos simultáneos que nos permitirá mantener las medidas sanitarias y que no se armen 'embotellamientos' en el interior", explica.

En simultáneo, el uso de barbijo será obligatorio en pabellones y lugares cerrados", cuenta en este sentido. "Mientras que los encuentros en las once salas del predio a su vez, se reducirán a una hora de duración, para que las salas puedan ser ventiladas y sanitizadas entre una y otra.
Los pasillos también se ensancharon, para que los caminantes dispongan de más espacio para trasladarse.
-¿Qué podés anticipar en relación a las actividades que presentará la Fundación">