La última alerta había traído, en medio del calor agobiante, una tormenta de granizo del tamaño de pelotas de golf. Fue en febrero, hace nada más que un mes. Por eso, ningún bahiense esperaba que esta vez el desastre dejara a la ciudad bajo el agua, como ocurrió este viernes desde la madrugada. Cayeron 300 milímetros de agua en 6 horas.
Todavía perdura en la memoia lo que pasó en diciembre de 2023, hace poco más de un año, cuando un temporal dejó una de las heridas más grandes en la historia de la ciudad: 13 muertos, incontables pérdidas materiales y árboles arrancados de cuajo a lo largo de todas las veredas, plazas y parques. En ese entonces fueron los vientos los que causaron estragos, pero ahora fue el agua la que arrasó con autos y mobiliario y se metó con furia en las casas.
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“Sin dormir y sacando agua” así pasó la noche Maria Luz, de 63 años, que vive en el centro de la ciudad cerca del Teatro Municipal, en la zona de cafeterías y bares. Pero lo peor fue cuando se desbordó el canal y el agua irrumpió de golpe en las viviendas."Estamos desde la madrugada sin dormir, sacando agua desde adentro de mi casa. Se llueven todos los techos. Teníamos miedo de que subiera el nivel del agua de golpe, así que nos fuimos a la habitación de arriba", agregó en diálogo con Clarín.
"Cuando desbordó el arroyo Napostá (atraviesa la ciudad entubado y también a cielo abierto), la corriente de agua y barro abrió la puerta de la calle y empezó a subir el nivel. La pudimos cerrar, pero el agua llegaba a los tobillos y ahora a la cintura, a la altura de la mesada, la heladera está flotando", relató María Luz.
El Parque de Mayo, frente a la universidad y uno de los principales espacios verdes de la ciudad, ahora es un lago marrón. Los postes, los semáforos y los arcos de fútbol se asoman casi cubiertos por el agua que corre, por momentos, con violencia.

Diego observa desde un primer piso. Le tocó vivir las inundaciones de La Plata." Ya tenía organizadas en la mente algunas cosas para hacer. Agarré agua y algunas medicinas", dice, y cuenta que el agua entró de golpe a su vivienda: "Primero se veían muchos charcos y de repente vi que se tapó de agua. Ahí me di cuenta de que se desbordó el canal. Por suerte en mi casa la pieza está arriba, entonces bajé y cargué el teléfono un poquito, y subimos las cosas. Pero en quince minutos, el agua subió un metro. Quedaron el sillón, las sillas, la mesa... Y bueno aquí estamos, viendo este espectáculo, es un horror, el parque tiene un metro o dos de agua".
En el centro se escuchan algunos gritos de ayuda. “Bomberos, paramédicos”. Las personas que viven en edificios a partir del segundo piso están a salvo. No para de llover, parecía que menguaba pero el cielo se volvió a oscurecer. Solo queda esperar”, se resignan.
Con la luz cortada en toda la ciudad, algunos aprovechan los últimos minutos de batería para ar a sus familiares: “Estamos bien, no esta todo bien, pero estamos bien”.
Desde el fatídico temporal de 2023, la atención al pronóstico del clima aumentó. Y están los que se alarman ante una amenaza de tormentas.
"No me podía dormir porque sabía que se venía esto", cuenta Milton (35). Dice que el alerta de conoció en la noche del jueves. Hace diez años en la calle Salta, en el Barrio universitario. “Ha habido lluvias fuertes, me había pasado que se me caiga el techo, pero es porque en el barrio hay araucarias, que dejan muchos residuos y eso tapa las canaletas, así que todos los de esta cuadra estamos en la lona”, dice.
También cuenta que la semana pasada había terminado de arreglar el techo con durlock, y ahora volvió a caerse. “Fue mucha agua de golpe. Es peor que el granizo, peor que lo del tornado. La ciudad es un caos. Mi familia tiene una librería, se van a perder todos los libros del depósito”, agrega.
Carla tiene 29 años y vive en el Barrio Noroeste. "Anoche recomendaban que te quedes en tu casa. Hay muchos que pidieron que vayan a trabajar igual, y por eso mi tía está atrapada en la panadería donde trabaja. El temporal anterior había arrancado a las 7 de la tarde y ahí había alerta amarilla. Pero ahora no se sabía en relación a qué era la alerta", relata, y agrega: "En mi casa habíamos arreglado todo el techo, pero no fue suficiente".
SC
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