La esencia de los 90 vuelve a latir fuerte en Villa Pueyrredón con la reapertura de una pizzería que fue un clásico del barrio. Después de años cerrada, La Casa Blanca de Habana vuelve a abrir sus puertas, renovada pero fiel a su historia. Este espacio gastronómico recupera su emblemático horno 100% a leña y una propuesta artesanal que reivindica los sabores.
Detrás de esta vuelta están dos amigos del barrio, que decidieron darle nueva vida a este ícono porteño. Su apuesta se basa en combinar la tradición con técnicas actuales y en ofrecer una experiencia gastronómica de calidad, donde la masa madre fermentada por 48 horas y el horno artesanal de quebracho son protagonistas indiscutidos.
Vuelve La Casa Blanca de Habana
El horno a leña es la estrella indiscutida del lugar y no solo por su imagen, sino por la influencia directa que tiene en cada pizza. Construido especialmente con quebracho blanco y rojo por un artesano, permite cocinar las pizzas frente al público, garantizando frescura y un sabor inigualable.
La masa, de fermentación lenta y con harina especial, genera una base liviana y un borde crocante que se destaca aún más con el toque casero de alioli.
El menú arranca con clásicos para compartir, como lehmeyún, la empanada armenia con recetas familiares, fainá con combinaciones originales y pan de pizza con alioli. Las pizzas se dividen en tradicionales, con opciones clásicas como la napolitana o la fugazzeta, y una línea especial con preparaciones creativas, como la stracciatella, con calabaza y hongos, o la mortadella con pistacho.

Para quienes buscan opciones sin gluten o veganas, la casa ofrece alternativas elaboradas en horno convector, manteniendo siempre la calidad artesanal.
El postre no se queda atrás: la torta de ricota con receta de la nona, acompañada de mandarinas confitadas al horno a leña, y el budín de pan con dulce de leche y crema, cierran la experiencia con un guiño a lo casero. La carta de bebidas completa la propuesta, con opciones que van desde cervezas y vinos por copa, hasta cócteles clásicos y un moscato joven propio llamado Momenti.
La reapertura que revaloriza Villa Pueyrredón y su identidad gastronómica
Más allá de la comida, La Casa Blanca de Habana se presenta como un punto de encuentro para todas las generaciones del barrio. Un lugar que mezcla recuerdos de los vecinos más antiguos con la curiosidad y el entusiasmo de los nuevos, reforzando los valores de amistad, familia y tradición.

Esta reapertura revive un clásico porteño y reafirma la importancia de cuidar la identidad local y ofrecer calidad gastronómica basada en técnicas tradicionales y productos seleccionados.
La Casa Blanca de Habana está lista para ser nuevamente ese lugar que une al barrio alrededor del calor y sabor de su horno a leña.
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